Durante la lluvia matinal que aquel día presentaba, apareció Lila por las calles con su paraguas rojo, algo distintivo de ella incluyendo su belleza física.
Me gustaba mucho verla caminar en tacones altos. La elegancia que mantenía en cada paso que daba sobre la resbaladiza acera me era inigualable, algo divino como ella misma y su paraguas rojo.
Se podría decir que sentía cierta atracción por esa mujercita distinguida, aunque nunca había establecido una conversación con la chica, pero me parecía tan maravillosa que mi corazón se ponía loco al verla caminar por las calles con su precioso paraguas rojo.
ESTÁS LEYENDO
Relatos en 100 palabras
KurzgeschichtenRelatos cortos de 100 palabras que he escrito.