Domingo

23 1 1
                                    

Domingo en la mañana, el reloj marca ya las 12 del día y el sentimiento gratificante y placentero que me provoca tenerla a mi lado, mi piel rozando la suya mientras la abrazo y ese olor mañanero que es inigualable me llena de alegría.
Ella aún inconsciente soñando cosas que no podía imaginar, y que tal vez ella misma olvidará al despertar.
Sonrió en silencio, pero no por la alegría del momento, si no que tanteando escenarios en mi cabeza sobre que pasaría si ella se enteraba de que yo había pasado la noche en vela para contemplar su belleza.

Relatos en 100 palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora