♡ Capítulo I ♡

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            Eran las cuatro de la tarde cuando una cansada Rika soltó el bolígrafo y se estiró en su lugar. Un suspiro de alivio escapó de su boca tras hacer crujir sus huesos y estirar sus músculos. Había pasado todo ese domingo tumbada en el suelo de aquella pulcra y ordenada habitación. Así que decidió levantarse y, una vez de pie, bostezó con flojera y satisfacción. Una buena parte del objetivo, el cuál consistía en memorizar el extenso tercer capítulo de los cuatro que le iban a evaluar el martes, se había cumplido.

            Pasar muchos días y horas bajo la tutela de su mejor amiga en el tema de los estudios había tenido un efecto muy positivo en ella. Y sí, la persona que la ayudaba en las materias de la universidad era Momoe Sawaki.

            Unos tres meses atrás, cuando Rika notó que, si no se movía, acabaría perdiendo más de la mitad de las materias, no tuvo más remedio que tragarse su orgullo y pedirle ayuda a su amiga pelirroja. Debido a que Momoe, por ser un año mayor, se encontraba un poco más adelantada en la carrera, estaba ya al tanto de los temas que vería la rubia.

            Y no sólo eso.

            Valiéndose de su propia inteligencia, además de que siempre daba su máximo esfuerzo, Momoe pasó todas y cada una de aquellas materias con la mejor calificación. Su puntaje fue el más alto de su clase.

            Ahora, cursando la misma carrera que Momoe había elegido, Rika vio la oportunidad de poder obtener ayuda de su parte y prepararse adecuadamente. De ésa forma, ella podría hacerle frente a ésas molestas e implacables materias que tanto dolor de cabeza le habían generado.

            —Entonces, ¿me ayudarás? —inquirió la rubia una vez que le hubo explicado la situación. Aprovechando que estaban en su hora de descanso, Rika decidió abordar a la pelirroja—. Enserio, Momo, ¡esto es una emergencia! —Recalcó, golpeando la mesa con las palmas y poniendo sus mejores ojos de cachorrito—. Sé que estás ocupada, sé que no debes dormir mucho en estos días... pero, si me ayudas, te prometo que yo...

            —Está bien —aceptó Momoe, dándole un mordisco a su sándwich e interrumpiéndola en el proceso—. Tranquila, para eso estamos las amigas, ¿no?

            —¡Gracias, Momo! —Suspiró con renovado alivio—. ¡Eres la mejor del mundo! Lo sabes, ¿no? —y sonrió ampliamente.

            —Sí —respondió Momoe y se ruborizó un poco—, supongo que lo sé.

            Luego de eso, Rika tomó la rutina de visitarla todas las tardes, justo después que llegaban del instituto.

            Como ambas tenían trabajos de medio tiempo durante las noches para, de ésa manera, poder costearse algunos gastos, aprovechaban las tardes al máximo para ponerse al día en lo que a estudios se refería.

            Los fines de semana el proceso era diferente. Ambas pasaban el día, desde muy temprano en la mañana, hasta muy entrada la tarde, estudiando arduamente. Si antes ya eran cercanas, con esto ambas se habían acercado tanto que los sentimientos de ambas —que no habían notado hasta ese momento—, empezaban a querer salir de su escondite.

            Al pensar en lo último, el rostro de Rika se tiñó por un suave carmín. Ni siquiera sus orejas pudieron salvarse y también acabaron adquiriendo el mismo color granate que ahora tenía en sus mejillas.

            Debía relajarse.

            Se palmeó las mejillas y dio un rápido vistazo a su reloj. Eran las cuatro y diez minutos. Había decidido tomarse un descanso de veinte minutos, pero habían transcurrido veinticinco. Había sobrepasado su receso auto impuesto y apenas lo notó.

Vino y helado || Momoe x RikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora