Capítulo 1:
Las botas blancas de Lumine se movían de un lado para otro, en una dulce pero aterradora danza, donde su espada chocaba contra la de su enemigo. Jadeaba mientras saltaba hacia atrás y así poder zafarse del golpe duro y certero de su enemigo.
Se quedó un segundo viendo los ojos de su contrincante, esos ojos azules, tan apagados, tan sedientos de sangre y tan faltos de vida. No pudo evitar chistar antes de volver a correr hacia Childe para arremeter contra él y su arco.
Saltó y dejó caerse con toda su fuerza sobre él.
Le había sorprendido tanto que él, el chico que la salvó de la Geoarmada y que estuvo con ella ayudándola, ahora estuviera en su contra y lo que era peor, pertenecer a uno de Los Once Fatuis.
No iba a admitirlo en voz alta, pero le había dolido y le estaba dando tanta rabia que no podía más que arremeter contra él con todas sus fuerzas.
Así recordaba ese fatídico día, desde entonces solo se lo volvió a encontrar en contadas ocasiones, la última vez fue en Inazuma y no le quedo muy claro porque estaba ahí y cuales eran sus intenciones.
Le pesaba el corazón cada vez que se acordaba de ese día, le dolía demasiado esa traición.
Y ahora ahí estaba, viendo nuevamente como la ciudad de Liyue se alzaba poco a poco ante ella mientras iba caminando. Había terminado con éxito todas sus misiones en Inazuma, aunque es verdad que estaba cansada y necesitaba despejar su mente. Alejarse de la Shogun, de decretos y de guerras ajenas.
Paimon revoloteaba a su alrededor mientras tenía en la mano el último dulce que había traído de Inazuma.
-Lumine, ¿vamos a ver a Xianling? – Lumine no pudo evitar sonreír, en lo único que podía pensar era en comida, incluso en los peores momento, ella la alegraba.
-Genial idea, me apetece muchísimo verla.
Apresuraron el paso, el atardecer estaba ya casi en su punto y se les había hecho demasiado tarde paseando de un lado a otro antes de por fin ir a Liyue.
Entraron a la anaranjada ciudad, esos tonos eran tan diferentes de Inazuma, le parecía hasta brillante todo el dorado que desprendía esta ciudad. Lumine sonrió y llevó sus manos a su espalda y dirigieron su caminata hasta el restaurante donde estaba Xianling.
Al asomarse por la puerta y ver a la pequeña chica sonrieron, ella estaba cocinando, ponía ingredientes en la pequeña olla, estaba tan sumergida en lo que estaba haciendo que ni siquiera se había dado cuenta de su presencia.
El primero que se dio cuenta fue el pequeño Guoba que empezó a explotar de felicidad. Xianling al darse cuenta se dio la vuelta y vio a la rubia mirándola con emoción y sin pensárselo dos veces se abalanzó sobre ella. Es verdad que habían pasado varios meses desde que dejó Liyue y no había vuelto.
-Lumine, pensaba que no volverías – Efectivamente se había preocupado, Lumine no se había tomado ningún momento de paz para siquiera enviarles una carta.
-¿Y perderme tu maravillosa comida? – Preguntó la rubia correspondiendo el abrazo. Xianling había empezado a llorar. Lumine miró a Paimon y el hada se encogió de hombros sin decir nada, solo se limitó a acercarse a ellas y abrazarlas. – Pero no llores, que no ha pasado tanto tiempo.
Entre pequeños sollozos Xianling se desprendió de Lumine y se sorbió la nariz.
-Pero te fuiste sin avisar con Beidou y lo siguiente que supimos es que una aventurera rubia estaba atrapada en Inazuma siendo perseguida por la Raiden Shogun.

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You & Me
FanficLa soledad de ambos es evidente, ambos tienen la familia lejos de ellos y no pueden confiar en nadie más que en ellos mismos. Por eso y por sus confrontaciones del pasado es que ambos deciden darse una oportunidad, aunque ninguno de los dos esté seg...