Después de haber sido perdonado por Kagaya, el demonio no tenía intención alguna de abandonar su plan principal.
Enamorar al menor seduciéndolo. Haría que aquel chico de cabellos lacios se pusiera loco con tan sólo su roce, y se volviera un desesperado por tocar su cuerpo.
Su cuerpo representaba toda la lujuria carnal concentrada en una sola carne, en otras palabras, era absoluta perfección, y ningún mortal podría resistirse a hacer realidad sus más sucios deseos con él. Además, digamos que tiene un encantador y gran amigo entre sus piernas. Con todo eso en conjunto, era imposible que Kagaya lo rechazara de nuevo.
Pero parece que sus planes nunca salen como esperaba.
Algunos días más tarde, Kibutsuji estaba dispuesto a repetir lo que había pasado en el baño aquella vez.
Mientras el de ojos púrpuras lo lavaba de manera dulce este interrumpe su acción tomando su muñeca, incitándolo a que paseara libremente sus manos por su abdomen y pecho.
—Te mueres por esto ¿verdad, Kagaya? —. Habla el demonio con su voz ronca y sensual.
—En realidad, no —responde sin expresión, debía soportar si no quería caer en las trampas de Kibutsuji—. Pero si estás tan necesitado puedo tocarte.
Uh, eso dio un gran golpe al demonio.
—¿Yo necesitado? ¡Tú eres el necesitado! —. Grita indignado, soltando la muñeca del menor y cruzándose de brazos.
El de cabello lacio simplemente lo sigue bañando mientras se reía de forma baja.
Durante el transcurso de la semana estuvo intentando de muchas formas atraer la atención de su amo. Como la vez que lamió su mano cuando estaba dormido, haciendo ruidos y diciéndole obscenidades al oído.
Era medianoche con una hermosa luna llena. El demonio se hallaba de rodillas en el suelo, al lado del borde de la cama donde reposaba el menor.
Tomó entre sus manos la delicada mano de Kagaya, y comenzó a lamer el dorso de esta con delicadeza. En ese momento el de ojos púrpuras se encontraba dormido, por lo que al sentir la lengua del demonio sobre su piel lo único que hizo fue removerse ligeramente.
Muzan empezó a chupar sus dedos, produciendo estos diminutos gemidos a propósito, buscando despertar al contrario.
—Déjame dormir —. Musitó el menor con los ojos cerrados.
El rizado no obedece sus órdenes. Se acerca a su rostro y da una lamida a su mejilla ya enrojecida por sus actos. Kibutsuji coloca sus labios sobre su oído.
—Sé que me deseas —susurra soltando este aire caliente que erizó la piel del menor—. ¿No te gustaría divertirte conmigo un rato?
El de cabello lacio cerró sus ojos con fuerza, tratando de contenerse ante tal invitación.
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𝐋𝐚 𝐌𝐚𝐬𝐜𝐨𝐭𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐏𝐚𝐭𝐫𝐨́𝐧 | Muzan x Kagaya
Fanfiction❝Me prometí que te mataría. Pero ahora que te tengo delante, tan indefenso, jugaré contigo un poco. Te torturaré y a pesar de eso, no creo que esto pueda hacerte pagar por las tantas muertes que provocaste❞. Muzan x Kagaya ______ Advertencia: Esta h...