Mis Tres Esposas Son Hermosas Vampiros『 1 』

Capítulo 09 - El único que perdona es Dios, yo no

El partido estaba por comenzar, a un lado estaba un hombre pálido con ojos azules brillantes y cabello negro oscuro, vestía un uniforme rojo y blanco con el número 69, era el uniforme estándar de un jugador de baloncesto. Mientras este hombre calentaba, las mujeres no podían evitar mirar los músculos definidos de ese hombre con un poco de lujuria en sus ojos.

Al captar la mirada de las chicas, Víctor miró a su alrededor y pensó: '¿Cuándo se convirtió esto en un espectáculo? Bueno, divirtámonos', Víctor mostró una sonrisa llena de dientes pero, a diferencia de antes, esos dientes no se estaban convirtiendo en dientes de tiburón, era solo una sonrisa normal que mostraba todos sus dientes blancos.

"¿Mmm?" De repente Víctor mira hacia las gradas, pudo sentir algo en las gradas llamándolo, pero no pudo identificar qué era.

"¿Qué estás haciendo, Lady Ruby?" Corneliu le preguntó a Ruby, confundido cuando la vio agacharse de repente.

"Solo estoy recogiendo algo que se cayó", respondió Ruby neutralmente, mientras se preguntaba; ¿¡Por qué me escondí!? ¿¡Por qué me escondí!? ¡Tonto!

Perdiendo interés, Víctor se concentró en su oponente.

Un hombre alto con cabello castaño y ojos marrones, parecía un delincuente. Él fue el hombre que hizo la vida de Víctor un infierno durante un año, los dos hombres tenían problemas sin resolver y Víctor no planeaba dejar las aguas de los tiempos para lavar su rencor. No es tan santo como para perdonar fácilmente a este hombre, es un hombre vengativo.

Como dice el refrán: Ojo por ojo, diente por diente, sangre por sangre.

Luan solo miró a Víctor con una sonrisa arrogante, pero no pudo evitar pensar en las cosas que le hizo a Víctor; viendo como volvía a morderle el trasero en el futuro, se preguntaba si la actitud que tenía en el pasado era la correcta. 'Creo que debí haberlo matado cuando tuve la oportunidad, después de todo, en ese momento su sangre olía muy bien', pensó con desdén.

Pero a pesar de pensarlo, sabía que no podía matar a alguien, no estaba preparado para dar este paso adelante; para Luan, la sangre de su amo es suficiente.

Cuando el juez lanza la pelota hacia arriba, Luan, que estaba cerca de Víctor, susurró en voz baja: "No uses tus dones".

Víctor resopló con desdén y dijo en voz baja: "Dítelo a ti mismo".

Los dos saltaron al mismo tiempo y luego golpearon la pelota simultáneamente, se produjo un intercambio intenso durante unos segundos en el aire, pero pronto se decidió el ganador, Víctor tira la pelota al suelo y rebota a su favor.

Cuando cayó al suelo el ruido fue muy fuerte, fue como si un hombre muy pesado cayera en la cancha, pero extrañamente, el suelo no se rompió. En el momento en que Víctor cae al suelo, corre a la velocidad humana hacia la pelota de baloncesto, y cuando la atrapa en sus manos, se da vuelta y ve que Luan ya está a su lado.

Víctor sonríe y empieza a driblar el balón, hace algunos gestos con las manos para intentar engañar al rival, pero Luan es un capitán experimentado, no caería en esa trampa, y Víctor lo sabía.

De repente, Víctor lleva la pelota a la cara de Luan y la deja caer al suelo.

Al hacer esta acción repentina, la atención de Luan se centró por completo en la pelota que caía lentamente al suelo, pero antes de que la pelota pudiera aterrizar en el suelo, una mano pálida apareció de repente y atrapó la pelota.

"Dios mío, ¿falsificó al capitán del equipo? Wow, no puedo creer que haya caído en un truco tan simple". Alguien de las gradas habló.

Cuando Luan escucha esto, aprieta los dientes con frustración y se vuelve para perseguir a Víctor.