Love Is Not Over - TaeGyu [Omegaverse] Adaptación

SEVENTEEN

No dejes de amarnos…

-Don’t
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Séptimo mes…
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-Bueno señor Choi, el bebé se encuentra en buen estado. Podría decirse que los riesgos han disminuido- Habló la doctora sentada frente a él.

-E-Eso quiere decir que aún podemos…

-No señor Choi- Cortó la oración, ya sabiendo a lo que se refería. -Los riesgos disminuyeron, pero aún siguen ahí y lo estarán hasta el final del embarazo. Le recomiendo mantenerse en calma y reposo, una impresión fuerte puede hacer que el bebé adelante el parto, por lo que evite emociones fuertes y manténgase sano- Concluyó.

-¿Eso es todo?- La tristeza en su voz era notoria, pero la doctora trató de sonreírle.

-Sí señor Choi, eso es todo- Con una leve reverencia Beomgyu abandonó el consultorio de la doctora.

Afuera de la habitación lo esperaba su amigo Omega Kai, que al notar el semblante decaído de su amigo se levantó rápido.

-¿Todo bien Beommie?- No recibió una respuesta, pero su un asentimiento junto a una leve sonrisa. -¿Quieres ir a otro lugar Gyunnie?- Tomo la pequeña mano de Beomgyu.

-No, solo quiero ir a casa- Sonrió.

-Esta bien, Beommie. Vamos a casa.

Juntos salieron del hospital y se dirigieron al auto de su mejor amigo, no hubo alguna palabra, solo silencio.

Estando dentro de este no esperaron mucho para dirigirse al departamento de Hueningkai.

Durante ese camino, Beomgyu comenzó a pensar en lo que sucedió hace un mes.

Desde la llamada de Taehyun, el ha estado más deprimido. Culpa a su lobo, el cual desea ir a los brazos del Alfa y oler su exquisito aroma, el cual ya extrañaba, pero simplemente no podía hacerlo. No podía ir y perdonar solo porque sí, aún cuando muere por estar a su lado.

Porque literalmente estaba muriendo.

El lazo ya estaba roto y su lobo moría lentamente. Y junto a su lobo, Beomgyu también estaba muriendo.

No hacía falta poner mucha atención para saberlo, el lo sabía.
Su cuerpo estaba cada vez más débil, no comía adecuadamente y la depresión que generó el lazo roto lo hacía sentir miserable.

Lo único que lo mantenía en pie, era la criatura que pronto estaría en sus brazos, ese pequeño niño que probablemente no crezca junto a él.

¿Pero que podía hacer?

La doctora le sugirió mantenerse al lado del que en algún momento fue su Alfa, pero a pesar de que quería hacerlo, no podía era difícil estar aún lado de la persona que lo lastimo física, verbal y psicológicamente.

Era como caminar hacia el peligro.

El bebé estaba bien, por lo que no importa si el no soporta el parto.

Con solo saber que su bebé viviría y estaría con uno de sus papás, el estaba tranquilo.

Aún si eso significaba morir.

Lágrimas  resbalaron por sus mejillas mientras miraba por la ventana, se había prometido no volver a llorar por el.

Pero ahí estaba el, llorando mirando el alegre clima, donde todos estaban sonrientes ajenos a lo mierda que podía ser el mundo.