Las miradas tanto mías como la de Mikey, se encontraron. Ambos nos empezamos a sonrojar y desviamos las miradas.
Iba a volver a mirar a Mikey pero este me miro de frente, fijamente a los ojos. Sus ojos negros me hipnotizaron, este me agarro con cuidado la nuca, su otra mano agarro mi mejilla y poso sus labios en los míos. Cerré los ojos y me deje llevar.
Mis manos las coloqué suavemente en su cuello, uniéndonos cada vez mas en ese beso. Su lengua buscaba jugar con la mía, yo dejaba que se encontrara.
Cuando me quise dar cuenta, estaba encima de Mikey, sus manos recorrieron todo mi cuerpo hasta llegar a mis glúteos.
-Ahora soy el hombre mas feliz que puede haber en todo Japón, en todo el mundo.-Me miro a los ojos acariciándome la mejilla.
Yo simplemente no lo pude evitar y se me escaparon las lágrimas.
-Yo también soy la mujer mas feliz del mundo.-Escondí mi cara entre su cuello. Me acaricio la cabeza.
Estuvimos un rato mas abrazados, como dos enamorados que llevaban mucho tiempo sin verse.
-¿Tienes la navaja que te regale?.Me susurro cerca de mis labios. Yo asentí, este cuidadosamente me aparto y me la cogío. Se acerco a un árbol iluminado por el rayo que habían soltado las nubes y vi como puso nuestros nombres...
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Me sonrojé y me devolvió la navaja.
-Este será nuestro sitio.-Me abrazo por la espalda, mientras ambos miramos el árbol.
-¿Sabes? Pensé que nunca lo diría...-Le miré de reojo, este agarró mi mentón.
-Lo mismo digo. Ken-chin se estaba desesperando conmigo.-Me beso dulcemente, mientras aún caía el agua debajo de nosotros.
Mikey, me agarro rápidamente del culo, me agarre a su cadera con mis piernas, me apoyo en el árbol. Me besaba lentamente subiendo por el cuello, dejando escapar un pequeño gemido, me frote contra el, notando su bulto, vi la mirada de Mikey no queriendo empalmarse.
-__, no vayas por ahí.-Mikey me medio suplico, yo sonreí.
-Tu siempre tomas la iniciativa.-Le susurre en los labios y le besé. Este agarro con mas firmeza mi trasero.
-Y yo que quería que tuvieras un buen recuerdo romántico.-Dijo pícaro.
-Y lo ha sido.-Te acaricie en pecho, quitándole la camiseta y dejándola encima de una rama.-Pero quiero agradecértelo.
-Niña mala...-Me dio un azote, dejándome una pierna en el suelo y levantándome la otra.
Mire a Mikey sonriendo, con mis manos me quite la sudadera dejando en vista mi top con escote sin sujetador. Mikey abrió los ojos y su lengua recorrió mi cuello hasta llegar a la zona de mi pecho, ahí, me bajo el top, quedando afuera mis pechos. Este no espero y empezó a lamerlos, morder suavemente los pezones y amasar ambas tetas.
