¿Quién Es La Reencarnación Del Héroe?

Capítulo V

Dormir era muy bueno, o eso pensaba Keyla. Estaba muy cómoda y esa noche no le habían abordado las pesadillas.

Aún estaba oscuro, de hecho era pasada la media noche.

Pronto sintió como unas manos igual de pequeñas que las suyas la movían para despertarla. Ella abrió los ojos, los cuales temblaban, y se encontró con el niño de cabello rojo.

—Oye, oye niña tonta despierta

—No me digas niña tonta, me llamo Keyla, niño tonto —balbuceo restregando sus ojitos con sus puños.

—Ey... No me digas niño tonto

—¿Qué haces aquí? —preguntó Keyla sentándose en la cama.

—¿Eh? Yo, nada, solo paseaba por ahí

Ella lo miró dudosa. No le creía en los días que había estado conociendo a ese niño, no se le acercaba solo porque sí, algo no iba bien.

—¿No puedes dormir?

—No, no es eso

—Entonces ¿qué es lo que quieres?

—Ayudame a tomar algo de la cocina —susurro.

—Pero ya cenamos —dijo ella mientras bostezaba.

—Me dio hambre

—¿Por qué no se lo pides al señor Beacrox? —preguntó ella dudosa.

—Da miedo, y si me ayudas te dare una parte de lo que encontremos

—No quiero, dejame dormir —de quejo dejándose caer en la cama.

—Vamos, anda —chillo.

—Ugh, la mitad —cedió ella al ver la mirada suplicante de Derian.

—¿Qué?

—Voy solo si me das la mitad de lo que tomemos de la cocina —sentenció.

—No

—Entonces no y vete, dejame dormir

Keyla se giro en la cama dándole la espalda al niño.

Tsk

Derian chasqueo la lengua. Algo molesto se subió a la cama y tomó el muñeco que estaba junto a Keyla y salto de regreso al piso. Ella no logró agarrarlo ya que era más rápido bueno estaba en mejor condición física a diferencia de ella que aún le faltaba ganar peso.

—Oye devuelvelo —se quejo ella bajando se de la cama de un salto.

—No hasta que me ayudes

—Que me lo des —gruñó ella.

—No

—Eres un tonto, dámelo

—No

—Eres odioso por eso nadie te quiere —gruño ella.

—Cállate fea

—Ja, suelta mi muñeco pequeño bastardo y largó de mi habitación

—¿Por qué no te largas tú? Tú no perteneces aquí solo te acogieron por lástima —replicó Derian.

—Al menos a mi me gusta estar aquí, tu no, no me importa si fue por lástima, tú tienes miedo ¿verdad? Miedo a que te abandonen ¿no es cierto? Eres un cobarde

Los rostros de ambos niños se estaban tornando tan rojos como el color de sus respectivos cabellos. Derian era más fuerte que Keyla, pero ella tenía la lengua algo afiliada, claro los adultos no lo habían notado porque no había tenido motivos para mostrarlo. De hecho se infartarian si la hubieran escuchado hablar de da forma, seguramente Ron tendría una conversación con ella.