Onbevreesd | L.S (Terminada)

III

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"Onbevreesd"

 Espesas nubes oscuras habían adornado el cielo desde temprano. Harry y Louis habían despertado a causa del fuerte repiqueteo de grandes gotas de agua golpeando contra su ventana.

Una lluvia torrencial se desprendía en el exterior y ciertamente, a medida que el tiempo pasaba, no parecía mejorar. Los planes para aquel día debieron ser pospuestos, no era para nada seguro salir.

Luego del almuerzo y con aún una fuerte lluvia en el exterior, Harry se encontraba sentado frente a la chimenea, con sus ojos cerrados. Anki estaba detrás de él, mientras trenzaba el suave y largo cabello del rizado.

—Harry.

—¿Mmm?

—¿Qué se siente ser onbevreesd?

Harry mantuvo silencio. «¿Onbevreesd?» un gesto cargado de confusión comenzaba a dibujarse en su rostro.

—¿Onbe- ¿Qué?

—Ya sabes, eso que tú y Louis son —dijo sin más la pequeña, sin dejar de trenzar el cabello de Harry.

—¿Una pareja? —preguntó dubitativo el rizado.

Anki negó, a pesar de que Harry no la pudiera ver y se mantuvo un momento en silencio, pensando en sus siguientes palabras.

—No, no...mmm...Existe una palabra, pero no recuerdo cómo decirla...es como cuando tú puedes hacer algo sin miedo.

Harry guardó silencio de la misma forma, analizando las palabras de la más pequeña.

«Cuando tú puedes hacer algo sin miedo» se repitió en la mente del rizado. «¿Valiente?»

—¿Valiente?

—¡Valiente! —exclamó Anki con algo de emoción—. Eso es. ¿Cómo se siente ser valiente?

Harry debía admitir que se sentía algo desconcertado ante la pregunta de la pequeña.

—¿Crees que soy valiente?

—Eso dice mi mamá. Ella siempre dice "liefde is alleen voor door onbevreesd", el amor es solo para los...valientes. ¿Tú qué crees?

—¿Sabes? Tu mamá tiene razón, lo es. Amar y arriesgarse al hacerlo es de valientes. Si el mundo fuera un lugar diferente, más justo, sin odio y prejuicios, el simple acto de amar no sería tomado como un gran acto de valentía —replicó Harry, esperanzado de que la pequeña niña fuera capaz de comprender sus palabras.

—¿Y cómo se siente eso?

—¿El ser valiente? Se siente bien, no lo sé...Estoy feliz y a gusto con serlo, sobre todo por lo que esa valentía me ha traído. No te mentiré pequeña, aún hay veces en las que siento miedo de perder todo lo que he construido, de que me quiten la vida que he construido junto a Louis —aseguró, antes de continuar—, pero es justamente él y esa vida que hemos construido lo que me da las fuerzas para seguir siendo valiente.

Anki frunció su ceño.

—¿Lo necesitas a él para ser valiente?

—Ahora mismo soy valiente junto a él, ambos lo somos. No creo que necesariamente lo necesite a él para serlo, sin embargo, él me da la fuerza para seguir siéndolo —aseguró, mientras una sonrisa se acercaba poco a poco a su rostro. Oh, no lo podían culpar, cada vez que el nombre de su amado o algo referido a él salía de su boca, no podía evitar sonreír—. Se siente bien cuando tienes a un compañero con el que sabes que puedes arriesgarte y ser fuerte. De hecho, me resulta familiar la frase "el amor es solo para los valientes", estoy seguro de que Lou escribió una canción sobre ello.

La pequeña pelirroja abrió sus ojos con sorpresa y se apresuró en preguntar:

—Un momento, ¿Ustedes son cantantes?

—Se podría decir que sí, aunque la mayoría de las veces ayudamos a otros artistas a componer —dijo con orgullo—...no es como que seamos famosos o algo así.

—¿Pero, cantan?

—Si, lo hacemos —respondió con orgullo Harry.

Anki bajó la vista, pensado en sus siguientes palabras.

—Y... ¿Podrían cantar algo esta noche? —preguntó con algo de timidez la pelirroja.

Harry sonrió, dejando a la vista su perfecta sonrisa y asintió.

—Estaría encantado, pero antes debo preguntarle a Louis.

La pequeña, recuperando su ánimo poco a poco, dijo:

—De acuerdo, espero que él acepte.

—No te preocupes, de seguro lo hará.

[...]

Louis aceptó. Hubiera aceptado de cualquier forma, pero debe admitir que los besos que recibió por parte de su pareja tuvieron mucho que ver en su decisión.

Luego de la cena, Anki —autoproclamada representante del dúo—, reunió a todos los adultos en el living para la presentación que Harry le había prometido y ubicó —con la ayuda de su padre— dos sillas de madera frente a los sofás.

Cuando todo estuvo listo, la pequeña llamó al dúo que se encontraba en la cocina a la espera de ser llamados. Louis fue el primero en tomar asiento, ajustó bien su guitarra y Harry le siguió, tomando asiento a su izquierda.

Sus miradas se conectaron por un momento, Harry dejó a la vista el hoyuelo en su mejilla izquierda y Louis, a pesar de intentar ocultar su sonrisa también lo hizo. Los primeros acordes comenzaron a sonar y luego sus voces se unieron perfectamente al cantar aquella dulce y poderosa canción.

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