Era una tarde tranquila en Ostania.
El espía Twilight, con su apariencia de Loid Forger, caminaba hacia su apartamento como hacía todos los días después del trabajo.
Todo parecía normal, hasta que algo llamó su atención: Una mujer de largo cabello negro al otro lado de la calle.
La reconoció de inmediato. Era su esposa, y no estaba sola, estaba conversando con un hombre y se veía nerviosa.
Loid se cubrió detrás de un poste y afiló la mirada.
«¿Yor hablando con un hombre?»
Incrédulo, Loid intentó hacer memoria sobre las relaciones personales de se esposa.
Definitivamente no se trataba de su hermano, ya que, a diferencia de Yuri, el cabello de ese chico era corto y castaño, como un marrón dorado.
Por otra parte, ella no tenía muchos amigos... O, mejor dicho, no tenía ninguno, y además no había hombres en el área donde trabajaba (únicamente su jefe, que era un hombre mayor).
¿De dónde había salido ese tipo? Se veían muy cómodos hablando, y, ¡¿acaso estaban riendo juntos?! Era obvio que no se trataba de un simple desconocido.
Como si tuviera los reflejos de un guepardo, Yor giró su cabeza en un movimiento rápido hacia donde se escondía Loid. De inmediato, Loid escondió la cabeza en el poste, asustado por la mirada amenazante de su esposa.
Tras la impresión, el espía echó un vistazo sutil, buscando a la mujer, pero ni ella, ni el hombre con el que hablaba, estaban por ningún lado.
Sin entender lo que pasaba, Loid se quedó quieto, inspeccionando el lugar con la mirada. Apenas había dejado de mirar por un momento y ellos ya habían desaparecido por completo.
—¿Loid? —sintió un escalofrío al escuchar la voz de su esposa a su espalda.
—¡Yor! —el espía de inmediato analizó la situación e intentó actuar acorde a esta, poniendo una expresión inocente—, ah, te vi hablando con un hombre, ¿es un amigo del trabajo?
Yor de inmediato se puso nerviosa.
—¡¿Ho- hombre?! —«¿Qué tanto habrá visto?», se preocupó— Eh... ¡Sí!, es un compañero del trabajo —dijo mientras evitaba la mirada de su esposo.
—¿Y él te acompaña hasta aquí? —preguntó en un tono de sospecha, mientras Yor frotaba sus pulgares con nerviosismo.
—¡No pienses mal! —la cara de Yor se puso roja—, él ha querido acompañarme últimamente, pero no creo que tenga malas intenciones.
Por las palabras de su esposa, Loid asumió que no era la primera vez que ocurría algo así.
«¿Así que solamente es un compañero de trabajo?», dudó.
Al ver a Yor tan abochornada, el espía decidió aligerar el ambiente.
—Discúlpame, Yor. No era mi intención incomodarte —sonrió para tranquilizarla—. Eh, ¿qué te parece si preparo una ensalada de pollo para cenar? —intentó cambiar de tema.
Yor le devolvió la sonrisa tímidamente, y ambos retomaron el camino a su casa.
Horas más tarde, dentro del apartamento de la familia, la pequeña Anya ya había regresado de la escuela y estaba viendo caricaturas con Bond, mientras que Yor se encontraba en su cuarto, y Loid preparaba la cena.
La mente del espía, como siempre, estaba analizando la situación. Lo ocurrido con Yor lo había dejado pensando.
«¿De verdad solo era un compañero de trabajo? Sé que en su área nada más contratan mujeres.
Además, Yor se veía tan sonrojada y nerviosa...
¿Será que ella tiene sentimientos románticos por él?».
Loid se veía cada vez más tenso. Se cruzó de brazos y dio un respiro profundo intentando relajarse.
«Yor es una mujer joven, bonita y, en cierto sentido, soltera.
Me haría feliz que ella encuentre a un buen hombre, y tenga una familia real...
... Pero...»
El rostro de Loid se endureció.
«Pero el éxito de la misión Strix es más importante que la felicidad de Yor (o la de cualquiera), ¡el mundo entero depende de esto!
Lo siento Yor, pero no puedo permitir que tu romance con ese hombre llegue más lejos. Si el rumor de una infidelidad llega a oídos del director de la academia Edén-»
—Huele delicioso, disculpa por no venir a ayudarte con la cena —dijo Yor, interrumpiendo de golpe la charla interna de su esposo —, es que, eh, tuve un, un... ¡Necesitaba lavar la ropa de urgencia! Por cierto, ¿quieres que lave la tuya?
Loid no se terminaba de acostumbrar a no sentir cuando Yor se le acercaba.
«¿Lavar su ropa de urgencia?», repitió en su mente, extrañado.
Después de unos segundos de procesar lo que estaba pasando, el espía esbozó una sonrisa.
—Gracias, Yor, no te preocupes por mí. Por favor ven a cenar cuando termines, ya pronto estará listo —dijo él en tono amable.
Unos minutos más tarde, la familia se sentó en el comedor para cenar juntos y Anya empezó a contar cómo le había ido en la escuela.
En medio de la plática, Loid se perdió en sus pensamientos.
«Una trampa de miel. Eso debería funcionar, siempre funciona.
Bueno, la última vez no funcionó, eso es verdad, pero es porque no lo hice bien.
Esta vez funcionará.
Soy un espía, ya he estado con muchas mujeres por el bien de la misión».
Sin razón aparente, Anya se quedó callada y miró a su papá con atención.
«Yor es una mujer un poco... Hmm... ¿"Peculiar"?... Requiere una trampa de miel hecha especialmente para ella.
Quizá debería-»
—¿Qué pasa, Anya? —dijo Loid al notar que la niña lo miraba fijamente.
—Eh... ¡Está muy rica la ensalada!
—¿Ah sí? Qué bueno que te gustó —se alegró por el cumplido—. Por cierto, espero que ya hayas acabado tu tarea.
Después de los pucheros de Anya, la familia continuó su cena con normalidad.
Ahora era Yor quién contaba cómo había sido su día en el trabajo y Loid siguió sus divagaciones.
«¿Qué podría funcionar con Yor? ¿Una ida a un restaurante? ¿O algo simple como una ida al parque?
Hmm...
Los bares están descartados.
Seguro es alguien que prefiere los detalles, ¿y si le preparo una cena en casa?
No... Con Anya y Bond aquí, no sé qué tan románticos podríamos-»
—¡Becky me invitó a una pijamada en su casa! —dijo Anya de repente y sin dejar de ver a su papá— Es mañana, y dijo que podía llevar a Bond. ¿Me dejan ir? —rogó con ojos de cachorro.
Loid se quedó perplejo, era como si la niña hubiera leído su mente.
Anya, al percibir esto, se puso tensa y empezó a comer con nerviosismo.
—Bueno, si quieres ir con tu amiga mañana, entonces quiero ver terminada toda la tarea hoy, ¿entendido?
—Chí.
«No sé cómo lo haces, pero gracias, Anya», pensó Loid, mientras su hija sonreía.
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La trampa de miel | TwiYor | Spy x Family
FanfictionLoid sospecha que Yor tiene un interés amoroso en su nuevo compañero del trabajo. Preocupado por el futuro de la misión Strix, el espía decide ponerle de nuevo una "trampa de miel" a su esposa, con el fin de evitar que su matrimonio falso se desmoro...