Capítulo extra

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Loid y Yor se apresuraron a la cocina para intentar salvar su cena del horno, pero, desgraciadamente, no lograron rescatar mucho.

Triste, el espía empezó a raspar con una espátula los restos de comida quemada del recipiente.

—Qué lástima —se quejó— Espero que no tengas mucha hambre, supongo que ahora tendremos que cenar sándwiches —dijo él, girando su cabeza hacia donde suponía que estaba su esposa—. ¿Yor? —se extrañó al notar que ella había desaparecido de repente.

Dejó lo que estaba haciendo a un lado y recordó con preocupación que Yor estaba herida, así que empezó a buscarla por todas las habitaciones hasta que se detuvo en frente del cuarto de ella y tocó la puerta antes de abrirla.

—Yor...

Dentro, la mujer estaba limpiando su herida con alcohol, mientras hacía muecas de dolor.

—¡Ouch! —se quejó del ardor.

—Déjame ayudarte —reaccionó el espía antes de salir a lavarse las manos e ir a buscar otra vez el botiquín de su cuarto.

Loid volvió lo más rápido que pudo a la habitación de su esposa y se puso en cuclillas junto a ella (quién estaba sentada en su cama), para así poder curar mejor su herida.

Mientras Loid terminaba de retirar las gasas que quedaban, y limpiaba bien la lesión de Yor, ella recordó los besos que acababan de darse unos minutos atrás. Sus labios empezaron a hormiguear, al tiempo en que sus mejillas se tiñeron de un tono carmesí.

El espía empezó a curar el muslo de su esposa de una forma muy delicada. Tocaba su pierna lentamente, como si quisiera alargar el momento, y eso causó que ella intentara ahogar su reflejo de estremecerse, pues el ligero contacto le estaba provocando cosquillas.

Con el apartamento sin niños ni mascotas, el silencio que había en la habitación de Yor resultaba ser un buen cómplice para ellos dos. Lo único que se escuchaba ahí era el sonido de los dedos de Loid acomodando las gasas limpias, acompañado además del sonido de sus respiraciones. Aquel contacto tan íntimo hizo que la temperatura de la habitación empezara a subir, o al menos así les parecía a ambos.

La tensión sexual entre la pareja empezó a escalar, hasta el punto en que el ambiente se sentía tan denso que la mujer ya no podía respirar bien.

Por su parte, Loid se veía tranquilo, inmutable, parecía un profesional, pero por dentro se sentía igual que ella. Su mente se nubló por un segundo y empezó a disfrutar de tocar a Yor de esa manera, usando sus manos como si fueran de seda. Él sentía que le ardía la piel con cada contacto, pero era un ardor que le hacía querer un poco más.

Dejándose llevar, Loid terminó subiendo su mano, y supo que había llegado demasiado lejos cuando sintió que su esposa tensó las piernas y giró su cabeza con vergüenza.

De inmediato, el espía la soltó, y con ello agarró mucho aire por la boca, como si hubiera estado aguantando la respiración.

—Perdón —dijo él, tragando saliva.

Loid se sonrojó y retomó la tarea de curar la herida de Yor, pero ahora evitando que la situación se desviara como antes.

«Contrólate, Twilight, ¿acaso quieres perder los dientes?», se regañó mientras recordaba que debía ir lento con su esposa.

—Gra-gracias, Loid —dijo Yor, mientras intentaba levantarse, una tarea difícil, ya que le temblaban las piernas.

El espía la ayudó, y cuando ambos estuvieron de pie, ella le sonrió.

De pronto, los dos estaban ahí, de frente, mirándose con una sonrisa tonta en la cara.

—No... No fue nada —reaccionó él, antes de dirigirse a la puerta—. Eh... La cena que planeaba se arruinó, voy a hacer unos sándwiches, ¿o quieres otra cosa? —le preguntó antes de salir, mientras se rascaba la nuca, nervioso.

—Eh... S-sí, un sándwich está bien, en un momento voy a ayudarte.

—De acuerdo, te espero en la cocina —dijo Loid cerrando la puerta.

En cuanto salió del cuarto, el espía puso su espalda contra la pared y tomó mucho aire, como si ahora pudiera respirar con libertad. Se quedó mirando la puerta de Yor por unos segundos y después retomó su camino a la cocina, empezando a ser consciente de que, a partir de ese día, las cosas entre él y su esposa nunca volverían a ser iguales.

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Bueno, ahora sí este es el final. Originalmente, la historia se terminaba en el capítulo anterior, pero como vi tanto apoyo para el fanfic, quise agregarle un poco más.

Escribí este pequeño capítulo extra como agradecimiento a todas las personas que han estado votando los capítulos, comentando, etc. (y también para quiénes lo hagan en el futuro).

De verdad muchas gracias, espero que les haya gustado c:

La trampa de miel | TwiYor | Spy x FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora