La cita

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Loid se encontraba en el puesto de Franky, platicando con él como hacía de vez en cuando.

—¿"Inspector de registros matrimoniales"? ¡Pff! —se burló su amigo— Creí que la última vez te había hecho sentir culpable el espiar a tu esposa.

Loid le dio la espalda, como si quisiera evadir ese comentario.

—A juzgar por las reacciones de Yor, mi conclusión es que ella sí está interesada de manera romántica en mí —dijo mirando hacia la nada.

—Vaya, pobre de ti —se lamentó falsamente—. Entonces, si tu esposa está enamorada, tienes que usar eso a tu favor.

Loid parecía estar muy distraído y Franky lo notó.

»... Oye, ¿no me digas que...? Tú sabes que esta familia se va a disolver pronto, ¿no? —Franky empezó a preocuparse por su amigo.

—Lo sé, no tienes que sermonearme. Soy un profesional —reaccionó Loid—. Soy el mejor en esto (en ser un espía), ¿recuerdas?

El informante sonrió al escucharlo.

—Bueno, hasta un tipo (un espía) como tú, al final es un ser humano —dijo con picardía—. ¿Sabes qué? Yo creo que te mereces ser feliz, aunque sea por un breve momento... Solo procura no olvidar quién eres.

—¿Por qué crees que lo sabes todo? —respondió Loid con desdén antes de ponerse en marcha rumbo a una tienda de conveniencia.

Esa noche iba a ser su cita con Yor, así que pensaba cocinarle algo diferente.

Buscando inspiración mientras veía productos, su mente empezó a divagar.

«Si Yor estaba interesada en mí, ¿por qué salió mal la anterior trampa de miel? ¿Qué hice aquella vez? ¿Sería el alcohol?

A lo mejor fui demasiado rápido, Yor es muy tímida y no tiene experiencia en estas cosas, quizá provoqué que entrara en pánico. Sumas una Yor nerviosa y en pánico con alcohol y obtienes una patada en la mandíbula...», meditó, mientras evitaba la zona de los licores.

«Aún no estoy seguro de qué tan peligroso sea ese tal Hagen, así que la trampa de miel continúa», pensó, como si se estuviera excusando consigo mismo, «Esta vez lo haré bien, iré despacio, no quiero abrumarla de nuevo...»

Al terminar las compras, Loid se dirigió a su casa, y cuando llegó, se sorprendió de que Yor ya estaba ahí, sentada en el sillón frente a la televisión. Se miraba muy concentrada viendo una película, aparentemente romántica.

Apenas puso un pie en la sala, su esposa se puso alerta y tapó la pantalla con sus manos.

—¡Loid!

—Pensé que hoy ibas a llegar tarde —dijo él, entrando a la habitación—. ¿Qué estás viendo?

—Eh, y-yo —dijo Yor muy abochornada. No se le ocurría qué decir, hasta que recordó los consejos de Hagen, «sé honesta y deja que todo fluya naturalmente»—... E-estaba viendo una película de amor —respondió, cerrando los ojos de la vergüenza.

—¿Ah, sí? No sabía que te gustaba ese género —comentó Loid, desembolsando las compras en la cocina—. Creía que eras más de películas de asesinatos y esas cosas.

—Es que... Yo... Yo la estoy viendo para nuestra cita. La verdad nunca sé qué hacer cuando salimos, así que quería algunas ideas.

El espía miró a su esposa y le sonrió. Le parecía tierno cómo ella se estaba esforzando.

La puerta principal de la casa se abrió interrumpiendo a la pareja. Se trataba de Anya quién recién llegaba de la escuela.

—¡Ya llegué!— gritó al entrar, mientras que Becky se quedó detrás de ella.

La trampa de miel | TwiYor | Spy x FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora