༺ Extra ༻

564 44 1
                                    

El enojo corría por cada parte de su cuerpo, o eso era lo que se lograba entender a partir del no pequeño, sino gran puchero que se había formado en sus labios.

Hoy era miércoles, se supone que tendría que estar en el colegio, jugando con sus amigos o simplemente hablando de las cartas coleccionables que habían salido hace poco y de las cuales no podía dejar de comprar, a juzgar por él, eran geniales.

O al menos eso es lo que piensa Jungkook, un gran fan de Pokémon.

Su día no había empezado bien, sin dudas no.

Primero, su madre lo había despertado temprano, aún cuando la noche anterior esta le había dicho que no iría a clases ya que tenían que ir a un lugar, por lo que el pequeño supuso que podría dormir un par de horas más, eso no había sucedido.

Segundo, cuando fue a desayunar se dio cuenta de que no habían más de sus galletas favoritas, por lo que no pudo evitar que su enojo aumentara. No había día en que no las comiera, sus galletitas con chips de chocolate eran sus favoritas en el desayuno, siempre las comía, pero justo para ese día se habían acabado.

Debía decirle a su padre que vayan a hacer las compras.

Y por último, su enojo pareció aumentar cuando su madre estacionó en la pista de entrenamiento de patinaje.

Ahora entendía la conversación que habían tenido hace apenas unos días, donde su mamá le decía que debía empezar algún deporte, algo a lo que él se negó. A sus cortos 7 años, lo único que le importaba era pasar las tardes en casa de su amigo Taehyung, mientras veían capítulos de Pokémon en la televisión que había en su habitación e intercambiaban cartas coleccionables repetidas.

Es por eso que no le gustaba la idea de comenzar un deporte, porque eso sin dudas le quitaría tiempo de diversión, el cual estaba dedicado únicamente a su mejor amigo.

Cuando su madre le dijo que bajara del auto, hizo oídos sordos, tratando así de que su mamá comprendiera que él no quería estar allí, que el patinaje no llamaba su atención, y prefería al menos hacer otro deporte en vez de este.

Pero su madre no comprendió, un solo llamado por su nombre completo junto con una mirada seria, fueron suficientes como para que desabrochara el cinturón de seguridad y bajara del auto con la cabeza gacha.

¿Por qué nadie entendía que los deportes no eran lo suyo?

Él entiende que a su edad muchos de sus compañeros aman hacer deportes, conocer gente nueva y así, pero precisamente a él no le interesaban esas cosas.

A pesar de tener 7 años, a Jungkook no parecía interesarle nada de eso.

Pero aún así, siguió a su madre una vez entraron al edificio, sin decir nada y con un gran puchero en sus labios, caminó a su lado como siempre.

Era su madre, y sabía que no podía simplemente hacer lo que quisiese.

Jungkook mira que linda es la pista, hay muchos chicos aquí, mira algunos parecen ser de tu edad — comentó la señora tratando de generar al menos un poco de interés en su pequeño hijo, lo cual por momentos creyó lograr al ver cómo este levantaba la mirada y observaba la pista.

Pero luego la bajo rápidamente para no volver a subirla otra vez.

Un suspiro se escapó de sus labios.

A ella le gustaba el patinaje, antes solía patinar cuando iba a la secundaria, lo hacía por diversión y porque en verdad le gustaba esa sensación del viento chocar contra su rostro cuando estaba sobre los patines.

Por lo que hacer que su hijo intente acercarse a tan hermoso deporte la ilusiono de gran manera, siendo así que comenzará a crear escenas en su mente dónde acompañaba a su hijo en competencias, en verdad le encantaría hacer eso. Extrañaba ver competencias de cerca y no a través de la televisión.

Ice Love ^ ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora