—Lamentó dejarte ese día solo Charlie, tuve una emergencia y tuve que salir de emergencia—.
—Entiendo, lo entiendo.— Dice Charlie calmado.
—Como se encuentra Bella?—.
—Como sabes que se lastimó—.
—Edward me dijo, estaba en la casa de su familia cuando me enteré de su accidente.— Dice Nisha con tranquilidad.
—Ya veo, ella se encuentra bien, en unas semanas estará mejor, puede que sean unos días si se cuida.— Charlie se queda pensando un momento hasta que decide volver a hablar. —Tú. Cómo estás?— Esa pregunta toma por sorpresa a Nisha.
—Estoy bien, ya todo está en orden.— Dice Nisha con una pequeña sonrisa. —Lamento lo qué pasó con Bella, lamento decirlo, pero ella no debió hablarte de esa manera—.
Ambos estuvieron hablando un rato, Charlie empezó a ver a Nisha como una hija más, su compañía es agradable y un que le cueste admitirlo es más cómodo el ambiente con ella que con su propia hija.
Nisha pensó saludar a Bella, pero se arrepintió porque quiso darle su espacio, además que no valía la pena hablar con ella, ya que ella tampoco quería verla cuando despertó.
Ya en la habitación de Nisha, la joven llama por teléfono a Kalec, luego de la segunda llamada este decide responder.
—Hola.— Saluda Kalec.
—Hola... podemos hablar?—.
—Claro, pero ven tú que estoy cocinando—.
—Vale, pásame tu dirección—.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasaron unos minutos hasta que Nisha ya se encontraba frente a una cabaña pintoresca, en el porche de esta se encuentra Kalec asando carne sin camisa y un palillo entre los dientes.
—Está muy linda tu casa eh.— Dice Nisha llegando junto a su amigo.
—Y lo que costo pagarla—.
—La compraste por completo?—.
—Ester lugar me gusta, creo que me quedaré un tiempo, si no siempre puedo alquilarla, como lo haces tú.— Dice Kalec, parte de la fortuna de Nisha es de todas las casas que renta al rededor del mundo.
—Es buena idea. Pero, como vas con en instituto? Ya este es tu último año y te vas a graduar. Pensaste en que quieres dedicarte después de la graduación?—.
—Creo tomarme un año sabático después de eso, para pensar bien a que quiero dedicarme, pero si tengo que escoger desde ya seria medicina.— Dice dándole vuelta a su lomo de carne. —Hablaremos de lo que pasó? O fingiremos que tu inconsciencia de cuatro días nunca paso?—.
