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yuuji observaba con ansias las muestras de pasteles y pan de aquella famosa panadería en la ciudad en dónde se encontraba

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yuuji observaba con ansias las muestras de pasteles y pan de aquella famosa panadería en la ciudad en dónde se encontraba.

pego su rostro al vidrio y observó con saliva cayendo por sus labios al poder imaginar el olor, la textura y el sabor de aquellas delicias.

siguió inmerso en su imaginación, sin notar que a unos metros, un señor de cabellera rubia le observaba con atención mientras leía de su periódico.

en eso cuando el hombre dejo de prestar atención, el vendedor de la panadería salió del local, ahuyentando al niño con gritos y patadas.

––¡fuera de aquí, parásito! —el niño se alejo y observó al hombre con sorpresa y lágrimas en sus ojos — ¡largo!

el niño retrocedió asustado, sin embargo no se retiró del lugar, mirando al señor enfurecido frente suya, quien ha harto de las miradas curiosas y juzgadoras de las personas, tomo al niño por detrás del cuello y lo empujó con fuerza.

sin embargo, no pudo moverse a más de un metro de dónde estaba, siendo retenido por el cuello de su camisa. se giro ofuscado a reclamar hacia quien le impedía moverse, y observó con miedo a la persona a sus espaldas.

—suelta al niño, por favor.

el vendedor sin objeción retiró sus manos del niño, y se giro para observar con la cabeza gacha al hombre rubio de anteojos.

—¿me puedes vender un emparedado, por favor?

—s-si, señor...

el empleado corrió al interior, quedando al exterior aquel rubio de gafas junto al chiquillo que se acariciaba el cuello adolorido.

—¿estás bien? ¿te lastimó en algún lado?

el hombre se acercó, pero el niño a su vez retrocedió un paso algo arisco ante el contacto adulto. el vendedor llegó con un emparedado envuelto y se lo dió al rubio, no aceptando el dinero que él le ofrecía, diciendo que era por las molestias que había causado.

el rubio saco el sándwich de su envoltorio, y se lo dió al niño, quien reacio lo acepto observando como el rubio se retiraba del lugar.

el castaño le siguió a unos metros de distancia, casi babeando por la comida en sus manos, sin embargo no quería devorarlo sin antes darle las gracias a aquel señor.

el adulto se detuvo frente una casa y miro de reojo al niño, girandose a verle fijamente.

—¿tus padres?

el niño en respuesta nego con la cabeza y se acercó al hombre, tendiendole la comida.

—es tuya, no tienes que darmelo. ¿cómo te llamas?

—yuuji...

—sin apellido, ya veo... yo soy kento nanami.

—nanamin...

looking out for you | jjk x spyxfamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora