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Era un día helado, Amelia había salido a comprar algunos dulces que siempre compraba, cada día sin falta y siempre a la misma hora.
—Hola, Julio— Saludo al dueño de la tienda, en dónde siempre iba.
—Hola, Amelia. ¿Lo de siempre?
—Sin falta
—¡Llegaron nuevos sabores, por si te interesan!
—¡Lo checaré!- Dijo con una sonrisa y fue a los estantes dónde siempre encontraba lo que amaba. Otra persona se encontraba también ahí, le llamó la atención, nunca lo había visto aquí.— Disculpa..—Le habló e hizo una seña para que se hiciera un poco hacia atrás y así tomar los dulces que le había dicho anteriormente don julio.
—Oh si, lo siento— Se apartó rápidamente
—No importa— le sonrió y regresó su mirada a los dulces. El la miro atento a cada movimiento que hacía, si tomaba una cajita de dulces o no, sus caras de disgusto o alegría.— ¿Vas a dejar de verme o vas a seguir ahí quieto?— Esa pregunta le tomó por sorpresa, haciendo que diera un brinco y fingiera también estar viendo los dulces
—Lo siento— Se sentía ahora apenado
—Ya no importa. Me llamo Amelia, no hace falta que me digas tu nombre. ¿Es tu primera vez viniendo aquí?
—Algo así — Realmente el que venía a esta tienda era Steven
—El lugar es bueno, estaría bien que vinieras de vez en cuando— Alzó un poco los hombros — Tal vez así nos volveríamos a cruzar y Por favor, suelta ya esa barra de chocolate, ya la derretiste— el miró rápidamente su mano que contenía una barra de chocolate que había tomado anteriormente para disimular, rápidamente la dejó devuelta en el estante.
Fue a pagar sus dulces.
—¿Ya hiciste un amigo nuevo?—Preguntó escaneando el código de barras de cada producto
—Tal vez, es algo... Misterioso, por así decirlo, y eso me agrada. Gracias —miró por última vez aquel hombre misterioso quien la miraba, se despidió con la mano y salió de la tienda.
Este proceso se repitió los siguientes días, ella era la única razón por la que quería ir a esa tienda, le había agradado y atraído Amelia.
A Don Julio le parecía mejor que las novelas que veía su esposa, ver cómo una pequeña amistad o relación surgía en su propia tienda, le gustaba como Amelia poco a poco iba recuperando el brillo que tenía antes.
—Que te parece si me dices tú nombre
—Según recuerdo, no era necesario decirlo
—Bueno, pero ahora lo quiero saber, no es un delito cambiar de opinión — El empezó a reír
—Me llamo Marc
—Ok... Me esperaba otro nombre, tienes cara de llamarte Rodolfo
—¿Rodolfo?
—No me preguntes porque— ambos empezaron a reír
Esa vez salieron juntos de la tienda, el le invitó un café, hacia frío y quería empezar a conocerla mejor. Ella aceptó, no tenía mucho que hacer esa tarde, más que estar recostada en su cama, abrigada, comiendo dulces y tal vez estar viendo una película.
Era la primera vez, después de mucho tiempo, que algo o alguien (en este caso) hacía sentirse bien a Marc, sentía que podía decirle de todo y ella lo estaría escuchando y eso le gustaba. Aunque si omitia ciertas cosas sobre su vida personal.
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Este me gustó mucho la verdad.
Ya me estoy quedando sin ideas, igual tengo para unos cuantos más, asi que mientras voy escribiendo esos tal vez se me ocurran otros.
Gracias por todo el apoyo que le han estado dando a la historia, se les agradece un montón. Si pudieran compartirla estaría mucho mejor, igual con lo que están haciendo lo valoro muchísimo.
Meri-
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One Shots | MoonKnight
FanfictionMOON KNIGHT |•| One Shots Historias cortas sobre Steven y Marc.<3 ¡Puedes encontrar más One Shots de marvel En mi perfil! ;)