La fiesta

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Bien,si tuviéramos que hablar sobre una amistad de la cuál acaba de empezar pero sientes una conexión cómo si se conocieran de toda la vida.
Hablaría de Evan.

Llevo un mes en este lugar y al único que hablo (O me llevo bien mejor dicho), es a Evan.Clarooo,descartando al chico de mi clase,¿Cómo se llamaba?,así Marco.Se la pasa coqueteandome todas las malditas clases,no le negare se siente bonito que te digan cosas cómo,"Que linda eres",o "Que linda te ves",pero aceptemos que no es bonito que te digan cómo "Oye tía estás re buena",o,"Necesito que modeles ese uniforme para mi".

Personalmente solo me han echó cumplidos (A excepción de Marco).Pero sorda no soy
(A menos que me quedo durmiendo con los audífonos puestos con música a Maximo volumen),pero he escuchado cómo hacen comentarios de ese tipo a chicas de mi salón.¿Me molesta?,Claro.Y más cuando la chica pone cara incomoda.Por esa razón estoy aquí (De nuevo) en la dirección.

—¡Daila!,¿Otra ves tú?.—Me reclamo Camille.Tal vez me e estado enojando mucho está semana,pero vamos estoy en mis días es válido estar así.Sin embargo eso les vale un comino a los profesores y algunos alumnos.Llevo viniendo toda la semana pasada aquí y hoy Lunes.Camille es la secretaria y ayudante del director,y es muy mona siempre viste un vestido con un cinturón alrededor de la cintura,su cabello chino Rubió siempre suelto y pinta labios rojo.Basico pero aún así se ve hermosa,tiene unos rasgos que madre mía están de muerte,aparte de que es muy amigable y divertida claro.

—Ya sabes Cam,los días.—Hice un movimiento hacia abajo dando entender que estaba en mis peores días.

—Huy si,joder odio ser mujer.—Exclamo mientras se sentaba en su escritorio con su café en mano.Dato curioso de Camille:Ama el café y los vestidos.

—Ya pero,si fueras hombre no pudieras usar esos vestidos de muerte.

—Los usaría si fuera hombre,me da igual.

—Lo dudo mucho.—Mire el escritorio.—¿Aún no llega?.

—No,aún no.

—Buenooo,aquí se rompió una taza y cada quien pa su casa.—Trate de huir de ahí,sin éxito.

—¿A dónde crees que vas señorita?.—Camille bebió a su café sin siquiera mirarme.

—A la salida,chaíto.—Me despedí con la mano y trate de abrir la puerta.Mierda.
Gire la perilla una y otra vez pero la puerta no se abrió.¡Maldita Cam!.Seguro que puso el seguro en cuanto entró.

—Vienes salvandote de una buena regañisa niña.-Me miro mal.

—¡Cam!.—Lloriquie.

—¿Quieres salir?.

—¡Claro que si!.

—Necesito que me hagas un favor.

<Ho,no>.

—¿Que necesita la damisela?.-Me acerque hasta su escritorio.

—Que entregues este papeleo.-Señalo una montaña de papeles.—Son los exámenes de toda la escuela,de todos los alumnos y de todos lo grupos.Yo sola me tardaría años,así que....

—Esta bien.—Solte aire de manera dramática.

—Te ayudaré,eso no es lo único.—Y volvió a señalar hacia las montañas de papeles.

<Dios santo>.

Tome un carrito y deposite los papeles ahí.La clase que seguía según Cam no estaría el profesor.Sali de la dirección y mire los papeles.

3° Grado.
Grupo:E

<¿Y dónde chucas queda eso?>.

Solo conozco mi salón y la cafetería.Ni modo tocará buscar.

¡No es mi amigo es mi enemigo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora