꧁•⊹٭𝚃𝚑𝚘𝚛 ×𝙻𝚞 𝙱𝚞 [𝚅𝚊𝚛𝚒𝚘𝚜]٭⊹•꧂

Fascinación

Era algo completamente nuevo y diferente, un sentimiento desconocido pero intrigante y es que en los milenios que ha vivido Thor nunca había experimentado algo como esto, ni siquiera parecido.

Solía pensar que no había nada interesante en el mundo de los Dioses, después de todo él era el Dios nórdico más fuerte ¿Qué podría impresionarlo? Ni siquiera a las otras Deidades ni bestias mitológicas que existían les ponía un mínimo de atención, estaba más que seguro que ninguno le daría pelea por más de 5 segundos.

Jamás en la vida imaginó que el primer ser que le robaría su atención sería un humano... Pensó que sólo era una pérdida de su tiempo pelear con él pero por primera vez en siglos se había equivocado rotundamente.

En definitiva le había demostrado con creces porqué era conocido como
El humano más fuerte y de hecho eso fue lo primero que le fascinó del mortal.

Su fuerza...

¿Cómo era posible que un simple ser humano pudiera rivalizar con él? Ni siquiera los gigantes le habían hecho derramar ni una sola gota de sudor y ese curioso ser le había hecho derramar una gran cantidad de sangre, era la primera vez que resultaba herido pero también era la primera vez que respetaba a alguien por su fuerza o al menos en ese momento pensó que era respeto.

Ese fuerte hombre tenía un espíritu indomable, era bastante obvio que pasó su existencia entrenando y perfeccionado sus técnicas a pesar de que no tenía rival nunca dejó de mejorar...

Por desgracia la batalla tenía que finalizar con alguno de los dos muerto y así fue, Lu Bu murió llenando su existencia una vez más de vacío , tristeza y dolor ¿Ahora quién o qué lo hará sentir feliz?

Pero la vida le dio una segunda oportunidad al poder ver al humano de nuevo, los Dioses habían escuchado sus súplicas de traerlo de vuelta por imposible que fuera.

Un curioso pensamiento atravesó por su cabeza al verlo con vida.

—Él debe ser mío— No entendía bien el significado de esos pensamientos pero si estaba seguro de que lo haría sin importar que.

Tuvo mucha suerte porque al parecer el humano también sentía curiosidad por él por lo que no le fue difícil acercarsele, conocerlo e incluso llegar a ser amigos... En esos momentos juntos descubrió otra cosa que le fascinó.

Su personalidad...

Lu Bu Housen era una persona orgullosa, no se arrodillaría a sus pies sin importar que fue el quién lo derrotó y asesinó, algo que probablemente los demás no harían pues muchos al notar su presencia se inclinaban de inmediato ante él.

Pero este hombre no... Era humano, era mortal y le hacía frente como nadie, sin dudas era más que digno de ser su oponente, su rival, su amigo ¿había algo más de él que podía llegar a fascinarle tanto?

Esa respuesta fue contestada de manera relativamente rápida, el sentimiento de amistad comenzó a transformarse en uno diferente... Era amor, lo que le hizo verlo con otros ojos y así encontró algo más en él que de inmediato le provocó una atracción irresistible.

Su cuerpo...

Ese enorme cuerpo repleto de músculos de principio a fin se convirtió en uno de sus mayores deseos, solía fantasear a menudo con él, lo admiraba a lo lejos, no podía apartar su mirada por más que lo intentara... Y así fue por un tiempo hasta que aquel humano admitió compartir los mismos sentimientos por él.

De esa manera llegó el momento en que finalmente pudo deleitarse al sentirlo y probarlo.

Amaba recorrer cada rincón con sus labios, no dejaba lugar sin explorar ni siquiera un centímetro de piel sin tocar, nunca antes se había sentido atraído por algo tan superficial como la apariencia física de alguien, no importaban los atributos si era alguna Deidad voluptuosa o no le era completamente indiferente y ahora estaba aquí literalmente babeando por el cuerpo de un mortal...

A raíz de esos encuentros un nuevo encanto del humano se sumó a la lista.

Su voz...

No se refiere solamente el tono de su voz normal aunque admitía que amaba oír su risa emocionada sino más bien los ruidos que hacía en la intimidad los cuales siempre eran retenidos por Lu Bu pero al final terminaban saliendo y llenando la habitación con esos exquisitos jadeos y suaves gemidos que Thor tanto amaba, su cuerpo era invadido por la lujuria ante el melodioso sonido.

Estaba muy seguro de que aún le faltaban muchas otras por descubrir, ante sus ojos el General era una caja llena de agradables sorpresas... Las ansias le recorrían por tratar de descubrir más pues sabía que no importara que fuera le provocaría de inmediato una enorme fascinación...