꧁•⊹٭𝚃𝚑𝚘𝚛 ×𝙻𝚞 𝙱𝚞 [𝚅𝚊𝚛𝚒𝚘𝚜]٭⊹•꧂

Cabello

Largas y finas hebras de color rojizo se deslizaban elegantemente a través de un fino peine de oro con incrustaciones de diamante, ese inerte objeto había sido fabricado como un regalo, con el único objetivo de servir a alguien en especifico y contaba con el gran honor de ser usado en el cabello más hermoso de todos los panteones existentes, pues día tras día Thor el Dios nórdico del trueno peinaba su extensa cabellera sin falta alguna, esta acción parecía ser una especie de ritual para él antes de comenzar el día, pero nadie en ese mundo tenía más suerte que el mismo Lu Bu Housen, el primer representante de la humanidad, quién ahora mismo detallaba desde la cama atentamente la figura que tenía próxima, la Deidad estaba sentada frente a un gran espejo en la habitación de ambos, simplemente no podía apartarle la mirada siempre que este se arreglaba el cabello.

No le molestaba para nada, al contrario adoraba ver como el otro dedicaba tiempo a su larga y sedosa cabellera, sumado a los múltiples productos que empleaba en ella tales como shampoo, acondicionador, tratamientos, cremas, ampollas, aminoácidos, todo para nutrirlo y mantenerlo radiante, si debía ser honesto esa era la parte que más amaba del Dios, el color era tan llamativo y hermoso como un río de sangre en medio de la más violenta guerra.

El nórdico de por si era bastante atractivo, pero su cabello era una valiosa obra de arte qué coronaba su ya majestuosa figura, su perfecta melena se ondeaba con gracia y sincronía al compás de sus movimientos tanto en su andar normal como en las peleas qué a diario tenían o con las simples olas del viento, tal como una bandera qué representaba sus numerosas victorias, el guerrero chino no podía evitar quedar hipnotizado ante el resplandor qué este emanaba pues para él era como una demostración vívida de poder divino.

Cada hebra de cabello era como un hilo de rubí liquido qué caía suavemente por los hombros de Thor, dándole un aire de elegancia inigualable, ninguna Diosa se le podía comparar, ni Afrodita, ni siquiera su ex prometida, Sif reconocida por su famosa cabellera de oro... Todas ellas opacadas por la belleza de un Dios amante de la guerra pero que al mismo tiempo poseía una apariencia delicada y refinada.

—¿Quieres ayudar a peinarme?— A pesar de darle la espalda, el más alto podía sentir claramente la insistente mirada de su pareja, adivinando con suma facilidad lo que el otro pensaba.

—Sí...— Lu Bu parecía sorprendido de ser tan obvio, pero aún así no iba a rechazar la invitación de recorrer con sus dedos los suaves mechones.
Se levantó de su lugar y caminó hasta el espejo, cuando el pelirrojo sintió su presencia extendió el peine para que el otro pudiera realizar su trabajo.

Housen sostuvo con maestría el peine y empezó a deslizarlo por las suaves hebras, sus manos normalmente toscas se vuelven hábiles y delicadas al tocar la cabellera de su amado, aunque anteriormente le haya dado más de un tirón, era sorprendente qué a pesar de lo frágil qué puede parecer, en realidad cada cabello de la raíz a la punta era tan fuerte como su dueño.

Aquellos mechones carmesís se deslizan con suavidad entre los dientes del peine, desenredandose sin esfuerzo alguno haciendo más notorio su brillo deslumbrante mientras el General se deleita y embriaga con cada hebra que se resbala entre sus dedos como hilos de seda y también con el delicioso aroma qué estos poseían, el peine también hace un sonido rítmico al deslizarse por la cabellera de Thor, como una melodía delicada qué llena cada rincón de la habitación debido al silencio entre ambos individuos.

Un ambiente mágico llena el lugar donde ambos amantes están, con cada trazo el pelinegro siente como la conexión entre ambos crece y se fortalece, ese simple pero íntimo gesto refuerza su vínculo, como si cada movimiento del peine sellara su amor de forma única y especial, ambos son conscientes de ello, Thor con los ojos cerrados y una ligera sonrisa se entrega con gusto a la experiencia, confiando plenamente en su pareja sabiendo que sus manos lo acarician con amor, cuidado y devoción.