wenjoy one shots!

perdón.

—Esto... Esto no está bien —pronunciaba la canadiense de una forma entrecortada.

Siendo interrumpida por cada beso que le era robado por aquella traviesa y más alta pelinegra, dejándola en ese estado que solo ella podía provocar: Seducirla y hacerla caer en sus redes. Seungwan sabía que estaba haciendo mal al ceder ante cada acto provocativo que la joven realizaba, pero no comprendía a qué punto ella llegaba como para acceder sin poner tanta dificultad en sus límites; traspasando estos sin más. 

Colocando sus dos palmas en los hombros descubiertos de la alta pelinegra con flequillo, logró distanciarse por tratar de recuperar el aire que perdió en ese fogoso y desesperado beso, asegurándose que nadie estuviese tan cerca del perímetro. Sintiendo la adrenalina —por casi ser descubiertas— en todo su cuerpo, Son expulsó una carcajada nerviosa, acomodando su corta melena que había sido alborotada por la chica de sonrisa cautivadora. 

—Estás jodidamente loca —ocultando ese gesto de agrado de su rostro, tomó el vino que habían ido a buscar para tratar de huir; sin embargo, la mujer volvió a tomarla de su mano, deteniéndola en el acto—. ¿Qué sucede? 

—No quiero seguir con esto —dijo sin darle vuelta al asunto, mostrándole una careta seria que nunca antes había visualizado la mayor. 

—¿Perdón? ¿A qué te refieres? —sosteniendo el vino con fuerza, decidió escucharla. 

Pero Seungwan sabía —en el fondo— a lo que Sooyoung se refería. 

—No puedo seguir con esta mentira, y no quiero hacerlo más.

Acortando el espacio, una vez más, la alta tomó el delicado rostro de su cuñada para abordarla con un necesitado beso donde la menor dejó en claro el sentimiento que cargaba consigo para con ella. No se trataba de ningún capricho o alguna experiencia que podría haber tachado de su lista. No. Ella se había enamorado de la hermana de su novio, y era consciente de lo jodida que estaba, pero esperaba no estar sola en eso. 

—Soo-Sooyoung —entorpecida por sus labios, trató de volver a distanciarse, pero Park se lo hacía solo más difícil. 

—No quiero seguir engañando, no puedo aguantarlo... —con lágrimas en sus ojos, unió su frente con la ajena, negando lentamente—. No me sueltes y me dejes en esto.

Sintiéndose tan asquerosa por haber llegado hasta ese punto, Seungwan no sabía si romper en llanto. Aquel sentimiento no era nada enfocado en su cuñada, esa sensación era directamente sobre su persona. 

¿Qué clase de hermana era al haber caído de esa forma? ¿Cómo podía ver la cara a su hermano cada día desde aquella primera vez en la que las dos cayeron sobre su propia cama? Era una atrocidad. 

Era un asco de persona, pero... No podía dejarla ahí a ella. Sabiendo que su corazón igual se estrujaba cada noche en la que no estaban juntas, alojadas en un ambiente de amor con el ser que tanto querían. Es así que, tomando valentía, Seungwan dejó la botella llena del vino para tomar a su chica de la mano, apretando ésta y así llevarla consigo hasta el comedor donde toda su familia se encontraba reunida; ni más, ni menos para el cumpleaños de su susodicho hermano. 

—Querido hermano, espero que te encuentres pasándolo bien. No sabes lo feliz que soy por ti en este momento. Un año más de vida. 

—Wendy, ¿qué sucedió? —preguntó su madre, omitiendo las palabras de su hija para ver el estado de Sooyoung; ya que ella seguía derramando un par de lágrimas.

—Amor, ¿qué tienes...? —cuestionó el joven, colocándose de pie para acercarse a ella, solo que cierto accionar de Sooyoung lo detuvo sin tener que decir algo en ese instante. 

Park tomó a Son de su mano, aferrándose a ella mientras daba un par de pasos hacia atrás. 

—Perdón, Eric. Perdón. 

Ninguno de los presentes comprendía todo ello, aún miraban a las chicas algo confundidos hasta que el par salió de ahí corriendo. Es así que el chico sin saber como reaccionar, solo pudo verlas irse, escuchando como sus padres le gritaban a su hermana y a él para que fuera tras de ellas; pero, él simplemente no podía. Fue atando cabos sueltos, y aún así no quiso ir. 

Si su hermana había conseguido finalmente a ese ser que tanto había esperado para ser feliz, no impediría ello.