V. La Vida Sin Kihyun

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Era viernes por la noche y sus manos abrazaban un helado de menta y chocolate, metía cada cucharada mientras dejaba que las lágrimas se resbalaran de su rostro. Eran pasadas las doce y Kihyun seguía sin hablarle, de hecho era menos el contacto que tenía con él.

Pará la hora de levantarse y alistarse Kihyun lo hacía primero, ya no lo despertaba y tampoco se quedaba para desayunar con él. En la hora de almuerzo en la escuela Kihyun ya no se sentaba con ellos y solo hoy lo había hecho; pero en cuanto se sentó, él chico se paro y se fue murmurando la escusa que se le haría tarde si no se marchaba ahora. Ese había sido la gota que había derramado su paciencia sin esperar a que alguien respondiera su despedida se giro sobre sus talones y quizo huir de ahí pero la mano de Changkyun se lo impidió, la seriedad de su rostro y la mirada gélida lo hicieron sentirse pequeño.

- Tenemos que hablar. - su tono había sido tan grave que las mejillas del chico se ensendieron.

El no quería alejarse de Changkyun y estaba sufriendo. Pero que podía hacer para callar esos pensamiento que salían en situaciones tan simples como ahora que el menor lo sostenía con fuerza y le hablaba con esa bendita voz que le carcomia las entrañas.

- Llegare tarde Changkyun, hablemos en casa - propuso débilmente logrando zafarse del agarre y sin darle la cara.

Changkyun suspiro y el entendió que era su pase de salida.

Una vez más huía de su mejor amigo.

Volvió a meter una cucharada de helado, sabía horrible pero era un hecho científico que lo dulce eludia la tristeza y eso era lo que buscaba, ya no sentirse triste.

- Changkyun que haces despierto. - pronunció Kihyun tallando sus ojos sin notar la mirada triste y las lágrimas del chico.

No respondió y tampoco lo miro. Era obvia la respuesta del por qué no dormía y era claro por quien.

- Vamos Changkyun ven a la cama. Mañana tenemos escuela. -

El moreno trago las ganas de levantarse del sofá y correr a abrazarlo por el sencillo hecho de dirigirle la palabra más de dos segundo per en su lugar metió una cuchara más grande a su boca.

No quería tocar el tema de pintar pero tenia que hacerlo, se había retrasado. La semana anterior  su maestra ya lo había regañado y mañana tenia que volver a presentar algún avance.

- Te pintarse mañana, seran las piernas y el trasero. Si no quieres dimelo ahora no quiero mas peleas de niños, además no tienes que sentirte con culpa por no querer. Te dije desde un principio que solo nos traería problemas - su voz firme y autoritaria lo hicieron sonreír.

Las lágrimas cayendo por sus mejillas eran cubiertas por su melena negra larga y su sonrisa era disfrazada por la boca llena de helado. Estaba ganando esa pequeña discusión.

Por otra parte Kihyun estaba paralizado, solo podía pensar en su mejor amigo casi hermano verle el trasero y sus pálidas piernas.

Se sintió desfallecer de solo imaginarlo.

No podía retractarse pero esa noche estuvo a nada de renunciar tan fácilmente de no ser por lo siguiente que escucho cuando dijo:

- Aun que quiera hacerlo no puedo, te quedaras sin musa. - pronunció jugando con sus manos.

- No me quedaré sin musa, si tu te sales siempre está él de respaldo. - lo dijo sin importancia en un tono que hirió al joven de mejillas coloradas.

- Lo haré, lo haré - repitió y espero alguna afirmativa alegre del joven o un regresa a la cama pero Changkyun no se despidió o le comentó algo más.

Lo trató exactamente como el lo había hecho y Kihyun sólo concluia a que no se lo merecía, no se lo merecía por que tenía suficiente tortura recordando el tacto de su mejor amigo por su piel, la forma tan especial en la que trazo aquella línea y no lo merecía por que no podía dejar de soñar con él aún despierto de una manera más íntima.

Changkyun escucho la puerta de la habitación que compartían cerrarse y con un nuevo sentimiento instalado en su pecho terminó aquel helado hasta quedarse dormido en la sala.

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