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Estaba pausado. Una mirada que sólo transmitía vacío y profunda tristeza,¿Era normal llegar a este grado?, Tanta culpa que sentía por no haber aceptado a su cachorro desde un principio y luego no poder darle ese amor que tanto le hizo falta desde que estaba en su vientre. Estaba en duelo definitivamente, pero no se quería quedar así por siempre. Él también quería venganza muy en el fondo.
Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, arriba de sus mejillas su piel se encontraba irritada de tanta fricción por secar sus lágrimas. Se encontraba en pijama y todo su cuerpo olía a vino, ni si quiera se molestó por acomodar su cabello desgreñado porque creía que no valía la pena hacerlo.

Salió del cuarto con la copa vacía en manos, iba por otra botella directo a la cocina de abajo sosteniéndose del barandal de vidrio mientras bajaba las escaleras con lentitud. No le molestaba nada, el dolor que se supone debía sentir en el vientre no lo sentía, no se comparaba en nada a su dolor emocional. Incluso sus pasos eran fluidos pero cansados.

Dejó la copa vacía ruidosamente en el comedor dándose cuenta al girar su cuerpo que había un alfa observándolo en silencio al otro extremo de la sala.

Los dos se miraron a los ojos, uno no pensaba en nada y el otro analizaba en silencio sus movimientos, pero no había respuesta alguna de por medio hasta después de unos segundos.
Los labios del Omega temblaron y sus ojos se fueron cristalizando con rapidez, fue ahí cuando el rubio se levantó del sofá sabiendo lo que tenía que hacer.

Abrazarlo.

Dejar que las lágrimas de su pareja cayeran en su camisa blanca, mojando su pecho y arrugando la tela que era apretada con las fuerzas que le quedaban. Pero no salían sollozos, se estaba conteniendo o al menos hacía el intento. Tomó un bocado grande de aire y de nuevo contuvo la respiración hasta sentir que podía controlar su emoción. Y fue ahí cuando soltó el cuerpo de su esposo.

Nuevamente se miraron y solo hubo algo en claro. A taehyung le dolía verlo sufrir. Porque pudo sentir su dolor, ese mismo dolor que hace que las cosas sean más difíciles para los dos.

Las mejillas de Jungkook descansaban en las manos del rubio que observaba con determinación cada pequeño detalle facial que el Omega le dejaba ver. Para el alfa él era una explosión de emociones, sin embargo en este momento solo había una pura tristeza que parecía haber llegado a su límite, porque después solo había vacío en sus ojos.

—¿No dirás nada?. — Su voz era baja y apagada. Jungkook estaría al borde del suicidio si no hacía algo al respecto ya.

—Dejame darte feromonas. —Pidió el más alto con cariño.

Jungkook solo esperó a que Taehyung tomara la iniciativa de besarlo y Tae solo deseaba que después de eso al menos se sintiera despierto. Pero Jungkook se incomodó de inmediato.

—Realmente no tengo ganas de hacerlo. — Avisó el pelinegro removiendo su cuerpo entre los brazos del mayor. No quería ser tocado, no veía un espacio para eso sabiendo lo que estaba pasando en sus vidas.

—Jungkook.

—No. —El menor dió la vuelta con las manos vacías en dirección al sofá de la sala para tomar asiento. —Siento que no es coherente.

—Lo es si quieres tener la vitalidad necesaria para seguir en pie. —Habló caminando atrás de él. —Te necesito vivo.

Aquellas palabras retumbaron en los oídos del menor, pues sabía que el peso que llevaban esa palabras era equivalente a una responsabilidad que tenía que concientizar ahora mismo.

Su hijo lo necesitaba, siempre ha sido así. Sabía que no haría nada quedándose acostado en una cama sin parar de llorar, pero el dolor era inmenso, un dolor que jamás pensó experimentar.

El Juego Prohibido •OMEGAVERSE•   Lixhyun L2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora