Inició

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No logro entender cómo pude manejar a estas altas horas de la madrugada, bueno ya sé la razón.. los gritos dolorosos de mi mujer me provocaron manejar como si no hubiese nadie en las calles. Para ser sincero, siento que ya debo de estar acostumbrado a esto, ya lo he vivido dos veces y siempre es lo mismo, no puedo estar calmado como si nada estuviese pasando.

Miro los pasillos largos de la sala de espera sintiéndose ansioso, vaya Daryl Dixon esta mujer logra hacer todo lo que habías prometido nunca hacer, una de ellas es ser p…. Un momento, ¿Por qué todo está tan tranquilo a mi alrededor?
Pase mis manos por mi rostro al recordar -Mierda, los deje en la camioneta- Gruñí para mi mismo.-
Me paré lo más rápido que pude y salí del lugar para correr al lugar donde deje estacionada la camioneta, y mi sorpresa fue verlos a los dos acurrucados durmiendo mientras mi chaqueta los cubría del frío. 
-Pequeños demonios, me metieron un gran susto, su madre me hubiese asesinado- Susurre sonriendo a medias- Demonios ni tiempo me ha dado de marcarle a Merle.-
Tome mi celular y marque su número, pero como es costumbre me manda al buzón, demonios hermano, ¿Dónde te metes cuando más te necesito?, de seguro con sus malditas drogas.

Gire lentamente para verlos dormir otra vez, pero solo me encontré con el rostro de mi hijo viéndome mientras sonríe.

-¡Maldita sea, ardilla! – Lo mire enojado- Ponte un maldito cascabel o algo. Me metiste un gran susto.

Solo se ríe negando – Perdón, papá- Baja de la camioneta para colocarse a mi lado- ¿Ya te dieron noticias de mamá?-

-Aun no, pero espero que no tarden demasiado- Ruedo los ojos- Ya sabes cómo es tú madre con respecto a los hospitales, los odia con todo su ser.

-Solo los odia porque cuando yo nací el maldito doctor hizo todo mal que la termino lastimando, aun tengo en mente buscarlo y hacerlo pagar por eso- Patea una piedra mientras gruñe.-

Solo lo miro y sonrio, sin duda alguna tiene mi mismo carácter aunque siento que es muy alto para la edad que tiene espero que no termine estando como mi padre. Aunque mi pequeño es mi viva imagen, mi pequeña ardilla tiene el carácter de su madre.

-A ver cuando guardan silencio que intento dormir- Patea la puerta – ¿En verdad era necesario que vinieramos todos? – Intento salir por la ventana pero al ser demasiado grande quedó atorada- Emm me ayudan? – Rode los ojos para cargarla-

Al lograr sacarla note como rodaba sus ojos mirando al hospital, su largo cabello bailaba con el ritmo del viento provocando que sintiera frío a lo que sin dudarlo me abrazó para buscar algo de calor.

-Respondiendo a tú pregunta hermanita, claro que es necesario que todos estemos aquí- Rodo los ojos- Como a  mí me obligaron a venir cuando tú naciste tenía que vengarme de una manera u otra.-

Rei al ver la cara de mi pequeña, ambos son unos tremendos locos cuando están juntos y lo que me gusta es que nunca nos dejaban solos, siempre querían estar pegados a uno de los dos para cuidar de nuestras espaldas.

-Espero que mamá ya no quiera tener más hijos porque tendré que vengarme con esa pequeña que va a nacer apenas.

-En verdad ustedes nunca van a cambiar- Ruedo los ojos-

-Con todo respeto padre, te fregaste- Suelta este con orgullo- Llevamos al menos 30 minutos en este lugar y aun no dicen nada.

-Yo creo que es por que estamos fuera del hospital y no son brujos para saber que estamos aqui- Lo miro rodando los ojos.-

-Eres muy inteligente, como no se nos ocurrio eso antes- Saco su lengua en tono de burla-

Estos dos pequeños me sacan canas a tan temprana edad.

THE YEARS PASS <TWD> Daryl Dixon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora