De personas y personajes

21 4 2
                                    

       Vayamos calentando motores para entrar a las cuestiones técnicas, ¿les parece?

       En el epicentro de este intenso drama familiar se encuentran Valeria y Manuel, dos jóvenes primos que luchan con todas sus fuerzas para no sucumbir a la atracción prohibida que sienten el uno por el otro. Estos dos protagonistas, déjenme decirles, son personajes, y además de eso, también son personas.

       ¿Cómo que personas? ¡Sí! Me parecen tan redondos, congruentes y bien hechos, que por mí Valeria y Manuel podrían estar viviendo de verdad en algún pueblito de España.

       Valeria es una chica profesionista, independiente y segura de sí misma. Su inteligencia emocional es soberbia, pues es capaz de darse cuenta cuando las situaciones o emociones no la hacen feliz, y a pesar del miedo, sabe tomarse su tiempo para encontrar cuándo y cómo actuar para la mejora de lo que la tiene mal. Es responsable, lógica, prudente, y se aleja completamente de ese popular avatar femenino pasivo, sumiso y sufrido que llega a ser tan cansino. Si bien Valeria, en un primer vistazo, puede parecer demasiado vulnerable e incluso frágil, sus helados nervios de acero muy pronto desmienten dicha primera impresión.

       Manuel es un chico casero, serio, sincero, apasionado, decidido y emprendedor que busca labrarse una vida haciendo aquello en lo que es bueno: el arte y las manualidades. Por fuera parece mesurado y compuesto, pero por dentro, Manuel es fuego puro. Cuando se entrega, lo hace por completo y no hay quien lo mueva. Sabe divertirse solo y vive sumergido en su trabajo y en sus pasatiempos. Es impulsivo, a menudo son sus emociones las que están al timón de sus acciones, por lo que, en sus peores momentos, llega a portarse manipulador, agresivo y avasallador. Sin embargo, Manuel tiene un buen corazón y es lo suficientemente maduro como para llegar a reconocer que es hora de pararle el carro a su apasionada personalidad.

       Valeria se encuentra en conflicto debido a la reciente separación de sus padres, Francisco y Carmen, y su mundo interior, de por sí ya inquieto, se enturbia más debido a la atracción que comienza a experimentar por su primo Manuel. Y tomando en cuenta su personalidad, al respecto de cómo aborda esta atracción, Valeria siempre es congruente con sus acciones. Se lo reprocha a sí misma todo el tiempo, se niega a sucumbir a ello, y cuando lo hace por impulso, se siente fatal. Valeria busca maneras de apagar o disminuir la atracción, y sobre todo, se comunica. Sus acciones se rigen por pensamientos, no por emociones, y si va hasta las últimas consecuencias, busca hacerlo bien, de una forma ordenada y positiva.

       Manuel, por su parte, acepta con cierta naturalidad el hecho de que se siente atraído por su prima. Manifiesta sentirse conflictuado, dice querer alejarse. Sin embargo, por sus acciones entendemos justo lo contrario. Y esto es porque, pese a sus palabras, Manuel el apasionado es congruente consigo mismo. No importa cuán negativas, caóticas o impulsivas sean sus acciones: demuestra estar profundamente enamorado. Manuel se ha entregado a Valeria, la ama, y su proceder lo lleva a darse de coces con ese hecho, una y otra vez.

       ¡Y qué personas! Pude identificarme con la tempestad interna de Valeria. Me desesperaba en ocasiones porque quería que reaccionara rápido, quería que mandara todo a la mierda, sanseacabó, y luego, entonces, descubría que precisamente la razón de mi desespero radicaba en lo mucho de mí que en ella veía. A Manuel, por ejemplo, dejé de quererlo en un momento. Me hacía enojar mucho, y me recordaba, no sin mucha incomodidad de mi parte, a esa etapa de mi juventud en la que las emociones y la intensidad de un fuego descontrolado regían mis acciones. Uno no puede identificarse ni meterse en la piel de unas siluetitas de cartón; unx no empatiza con meras marionetas interpretando un papel designado, pero sí que lo hace cuando se trata de personas, con personajes que se salen de la ficción para hacer que nos miremos al espejo.

       Con los personajes secundarios como León, Marga, Fuensanta, Carmen, José y Francisco, esta huella sigue presente. Aunque la profundidad de su desarrollo no se encuentre al nivel de la de Valeria o Manuel, se sienten como personas reales con sus propios problemas, deseos y conflictos. Me encantaría que, en la versión final, pues estamos hablando de un borrador, nuestra escritora les diese más desarrollo porque en verdad me encariñé con ellos. ¡Tienen mucho jugo para exprimirles!

Sucumbir a lo prohibido [+18] RESEÑADonde viven las historias. Descúbrelo ahora