Sucumbir a lo prohibido [+18] RESEÑA

Rocío hunde el remo en lo profundo

       No spoilers, I promise.        

       Otro de los aspectos que me ha encantado y he amado de Sucumbir a lo prohibido, es la profundidad que encierra dentro de su sencillez. Nuestra escritora no ha necesitado de una trama hipercompleja para hacerse entender en su mensaje. Nos hace empatizar, y subidxs al vagón de la relación prohibida, pronto nos damos cuenta de que el paisaje de la ventana no sólo nos muestra explícitamente el tabú que nos prometieron. También nos revela aquello que no es prohibido, pero que aún así se mantiene oculto, ya sea por vergüenza, por sentimientos de insuficiencia, o por el simple hecho de "querer proteger" a los demás; ¿no es el secreto, acaso, una tendencia humana? Los paralelismos entre el pasado y el presente, aún siendo sutiles, resultan brutales. Pesa la ironía: guardar secretos es lo que, a fin de cuentas, termina creando caos y haciendo daño. Y siguen siendo miles de personas, tanto en el mundo real como en el ficticio, las que siguen optando por volverse guardianas de secretos.

       El libro de nuestra escritora me comunica algo valiosísimo: es tarea del presente deshacerse de la espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza, pues quien no aprende del pasado, está condenado a repetirlo. Y es por eso que considero que el desenlace de Sucumbir a lo prohibido, cayendo con todo su peso, resulta tan efectivo. Contra los secretos y las buenas intenciones que pavimentan el camino al infierno, las armas son la aceptación y la verdad que devendrán en una auténtica sanación y felicidad.