Capítulo 7

54 10 9
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El castillo que se encontraba frente a él era enorme, tanto que lo había divisado varios kilómetros atrás. Las luces que lo rodeaban eran radiantes y le otorgaban cierto toque de misticismo y magia al lugar. La escena era digna de un cuento de hadas.

―¿Qué estoy haciendo aquí? ―se preguntaba mientras, siendo impulsado por una fuerza misteriosa, se acercaba con cautela al imponente castillo.

El joven sentía su corazón latir con fuerza con cada paso que daba. No recordaba que hacía ahí, ni tampoco el cómo había llegado hasta ese punto; sin embargo, tenía clara una cosa: debía llegar a como dé lugar al castillo, pues alguien le esperaba, pero, ¿quién?

Había gente a su alrededor vestida elegantemente y con la peculiaridad especial de que todos portaban antifaces. Era un bailable, o al menos eso es lo que parecía.

Conforme transcurría el tiempo, más gente acudía al solicitado lugar. La mayoría iba en pareja, aunque no les prestaba mucha atención, puesto que estaba centrado con una sola idea: ver a esa persona, aunque no supiera exactamente a quién.

―¿Por qué me siento tan... nervioso? ―se cuestionaba mientras sentía como el corazón estaba a punto de salirse de su pecho debido a un palpitar rápido y constante―. ¿Qué es este lugar? y... ¿por qué estoy vestido así? ―había llegado justo frente a una gran fuente en medio del lugar, donde pudo ver claramente su reflejo: un rostro joven, cabellera castaña y rasgos que, aunque tuviese puesto un antifaz, hacían resaltar sus ojos cafés con destellos ámbar. Le llamó la atención el traje que llevaba, era elegante, sí, de eso no cabía duda; de un color azul profundo, casi rozando al negro, con unas botas que le hacían juego a la perfección.

―¿Este..., este soy yo?

Apreció su reflejo en el agua durante un rato. Esa cara, esos ojos..., todo le parecía tan... ajeno a él. Sentía que conocía al chico que estaba viendo de frente pero, al mismo tiempo, no lo reconocía. Fue entonces que una desesperación comenzó a invadirlo. Se dio cuenta de algo importante, algo que debió notar desde el preciso instante en el que fue consciente de lo que estaba haciendo. El chico no recordaba nada, ni siquiera su nombre.

Preso de una gran inquietud, trató de huir de aquel misterioso, y a la vez nostálgico lugar. Sabía de antemano que nunca había estado allí, pero al mismo tiempo no podía evitar sentir que era justamente ahí donde debía estar. Todo era tan extraño. Parecía ser un... sueño.

Comenzaba a irse del lugar, a alejarse..., fue entonces que, entre la multitud, notó la presencia de alguien: una chica. Estaba de espaldas, pero aun así pudo notar que llevaba puesto un hermoso vestido celeste, casi tan claro como el cielo de primavera. Tenía una rubia cabellera que caía elegantemente por detrás, la cual estaba amarrada en una trenza francesa que quedaba acorde con el vestuario que llevaba puesto. En ese instante lo supo, era ella la persona a la que estaba esperando ver y, casi como si sintiera lo mismo, ella volteo justo hacia donde él estaba.

Frozen Heart (Corazón helado).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora