Capitulo 4

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By Raitala

Notitas de advertencia: Las continuas inseguridades de wy. Recuerdo de dinámicas familiares difíciles en el pasado.

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A-Yuan está rebosante de entusiasmo por el viaje a Gusu. Wei Ying está menos animado, pero no tiene la resaca que se merece, tal vez por la cantidad de comida que trago la noche anterior. Quizás también por el agua que Lan Zhan lo hizo beber y por lo bien que durmió después de la llegada de él. Sin embargo, no se puede decir que Wei Ying esté fresco como una lechuga.

"¿Mi camisa huele demasiado a comida?", pregunta, agitando la camisa roja delante de Lan Zhan.

"No importa", dice Lan Zhan.

"Sí importa", protesta Wei Ying. "No puedo conocer a toda tu familia oliendo a comida caducada".

Lan Zhan se encoge de hombros. "Podemos darle a un lavado y secado rápido en el apartamento mientras me ducho. No hay prisa".

Wei Ying debe estar poniendo los ojos en blanco porque Lan Zhan repite. "Es una reunión informal. La cena no es hasta la noche. La gente irá llegando a lo largo del día".

"Okey. Ahora me daré una ducha rápida y me vestiré bien en tu apartamento", dice Wei Ying.

A-Yuan los deleita con datos sobre animales mientras está con su cinturón en el asiento del coche.

"...y las abejas tienen las orejas en las rodillas", explica A-Yuan.

"oooohmm", dice Wei Ying, que espera que sea un ruido adecuadamente impresionado, mientras apoya la cabeza en el asiento, viendo pasar los edificios.

"Las babosas tienen cuatro narices", dice A-Yuan.

"¿Ah, sí?" murmura Wei Ying. Parece poco probable. Pero entonces, ¿por qué alguien se inventaría algo así? ¿Y cómo podría verificarlo? Por supuesto, depende mucho de cómo se defina una nariz...

...Wei Ying mete la mano en la cavidad de su abdomen. Los órganos y las vísceras se deslizan asquerosamente alrededor de ella. Trata de moverse con suavidad para no romper nada, pero nada puede amortiguar la agonía y el malestar. Sin embargo, hay algo que debe encontrar, enterrado en lo profundo de sus entrañas, por mucho que le duela. O algo terrible sucederá.

Sus dedos rozan algo frío y duro. Algo que no tiene cabida en el cálido y resbaladizo vientre. Pero no puede tomarlo. Lágrimas de frustración y dolor resbalan por su rostro

Wei Ying se despierta con un sobresalto y un jadeo brusco, parpadeando contra la luz. Su corazón late con fuerza y le duelen los músculos por la tensión. Se gira para volver a enterrar la cara en la almohada durante unos instantes.

La vieja pesadilla.

Se acomoda. Está en la cama de Lan Zhan y el sol de invierno entra por la ventana. Espera... ¿qué? ¿Qué día es? ¿Qué está pasando? Su corazón sigue latiendo erráticamente y su estómago se revuelve.

Busca su teléfono a su alrededor. Está sobre la mesa, al lado de la cama donde siempre lo mantiene. Wei Ying lo toma con una mano que aún tiembla ligeramente. Es el día que espera que sea. Pero ya ha pasado el mediodía. ¡Mierda!

Tira las sábanas hacia atrás y sale a tropezones del dormitorio. Mierda, mierda, mierda. Oye voces en la sala principal del apartamento así que se dirige al pasillo. Lo que ve allí le queda corta a su imaginación. El sol entra completamente en la habitación y Lan Zhan está tumbado en el sofá leyendo algo mientras A-Yuan está en la alfombra rodeado de un gran número de dinosaurios diferentes hechos con papel y cinta adhesiva.

Arnés de suspensión y el SedánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora