La uni nos castigó: follamos en vez de limpiar.

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Lan XiChen se desplomó en su carpeta.

Cuando se despertó nunca pensó que cargaría a su crush en un asiento oxidado de una combi de mala muerte.

Qué gran manera de tener una primera impresión —pensó XiChen.

Sacó su celular y buscó al causante de todo esto.

Luego de descargar su verguenza en el chat de sus amigos decidió no hacer nada extraño cuando se encuentren por la tarde

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Luego de descargar su verguenza en el chat de sus amigos decidió no hacer nada extraño cuando se encuentren por la tarde.

No se la había pasado meses admirando a Jiang Cheng de lejos como para que por este incidente el chico lo vea como un fetichista que se le gusta tener jóvenes en su regazo.

O sea si le gusta.

Pero solo si es Jiang Cheng.

Solo le invitaria un café después y le pediría su número.

¡Gran plan!

El día se pasó rápidamente para Lan XiChen, con Nie MingJue en clases, Jin GuangYao pudo reirse de él sin problemas toda la maldita tarde.

—Es que... —se rió por décima vez en el dia —¿Se te olvidó que traias neuronas o que?

Se volvió a desinflar de la risa.

—Encima te haces el santo, claramente querías a Jiang WanYin en tu regazo mientras ponias tus manos descaradamente en su cintura —dijo señalandolo con el dedo.

—¡No es cierto! Solo quería ayudarlo... —dijo tapandose la cara con las manos.

—Ajá, eres millonario, podias pagar la multa y hacer que Jiang WanYin viaje pero no, Don No soy un Pervertido queria al lindo gimnasta en sus piernas —rió más.

Lan XiChen se cuestionó seriamente sus amistades.

Ya luego lo acusaría con MingJue.

¡Por fin ultima clase!

Jiang Cheng salió de su aula mientras comía una barrita energetica. Ahora que recordaba no había acordado donde encontrarse con el Lan.

Una mano se posó en su hombro.

Casi lo manda a volar de un golpe, pero era Lan XiChen.

—Ah, hola otra vez —saludó terminando su barrita energetica.

—Hola —le sonrió. Jiang Cheng pensó que deberian poner una advertencia porque sonreir de esa manera debería ser ilegal. —Vamos de una vez, asi terminamos más temprano.

El Jiang asintió y caminaron hacía las canchas deportivas.

Cuando vieron el desastre que tendrian que limpiar, Jiang Cheng casi comete un crimen de odio.

La próxima vez que se cruce con el club de deportes se encargaría de romperles las piernas.

Ni su hermano, Wei WuXian, se habia atrevido a tanto.

¿Quieres sentarte en mis piernas? (。・//ε//・。) ˣᶦᶜʰᵉⁿᵍWhere stories live. Discover now