Cap I

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Maxine Miller

Al día siguiente me despierto con el cuerpo adolorido por haber pasado la tarde anterior desempacando mis cosas. Miro la hora con el ceño fruncido antes de soltar un quejido, no me apetece nada despertarme, además la cama se estaba demasiado cómoda como para moverme. Solo quiero hundirme en las sabanas para seguir durmiendo pacíficamente, pero no podía faltar a mi primer día de escuela.

Hago un esfuerzo sobrehumano para levantarme, y aún refunfuñando, me dirijo al armario para cambiarme de ropa. Después de prepararme, bajó por las escaleras dirigiéndome al comedor donde se encontraban papá y Roxanne.

Veo a Roxanne buscando algo por todas partes, parece preocupada por no encontrar aquello que busca, pero no le tomo importancia, ya que a lo mejor perdió sus llaves o algún documento importaante de la oficina. Por otro lado, papá acababa de preparar el desayuno, cuando me siento me sirve un plato de huevos fritos y zumo de naranja.

Miro mi plato sin muchas ganas, ya que no suelo tener mucho apetito por las mañanas, tampoco me apetecía comer cuando todos en mi entorno se comportan tan raro. sonrisa. Me sumerjo en mis pensamientos dándole vueltas a todo aquello que parece no cuadrar y por mucho que lo intento no logro obtener una respuesta. Pienso en como papá parecía tan ansioso de irse de casa y en sus cambios repentinos de humor, está triste pero cuando me ve cerca finge una gran

—¿Quieres que te lleve al instituto, querida? Me viene de paso por la oficina— Roxanne interrumpe mis pensamientos como si su voz me trajera de vuelta a la realidad

—Caro.

Cuando termino de comer recogo mi mochila del suelo para seguir a mi tía  hasta el coche, una vez dentro me pongo a pensar otra vez  en lo mucho que había cambiado todo durante los últimos meses. Iría a un nuevo instituto, tendría que conocer a gente nueva y lo que más me preocupa, papa vuelve a estar raro.

Llegamos al instituto e inhalo  antes de abrir la puerta del coche para salir, doy unos pasos por la acera antes de contemplar el gran edificio que se encontraba delante mío. Dios, si que era grande.

La entrada consta de dos enormes vigas de piedra rugosas de color beige acompañados de unos muros no muy altos del mismo material. Al atravesar la gran entrada me fijo en lo verde que era el pasto del suelo y en el camino de piedras que dirigía hacia la puerta principal. Los bloques de caliza de las paredes exteriores del edificio lo hacen lucir elegante y tradicional, no se parece en nada a mi antiguo instituto que tenía un acabado más minimalista.
 
Camino dentro del pasillo buscando la oficina del director, por lo que sabía tenía acudir para que una alumna me hiciera un recorrido por el instituto. El edificio es tan grabde que me siento como si estuviera perdida en un laberinto en busca de una aguja, así que decido preguntarle a un alumno sobre la localización del despacho, este me indica con amabilidad donde se encuentra y le doy las gracias antes de irme.

Cuando llego a mi destino me encuentro a una señora sentada en un escritorio con un aspecto impolutamente refinado acompañado de una mirada fría. Me fijo que al otro lado del escritorio una chica rubia con pecas esparcidas por su cara como estrellas me mira con una pequeña sonrísa.

—Soy la directora Bexley, es un placer tenerla aquí presente señorita Miller —dice la directora de forma cordial mientras me lanza una mirada avaluativa —Como ya sabe, la señorita Jones le dará un recorrido por el centro, después de eso irá a su aula a comenzar la clase.

Ante esto la chica responde:

—Me llamo Lidia — me estrecha la mano como saludo.

—Maxinne, pero prefiero que me llamen Max.

—Bien, ya os podéis ir —dice la directora Bexley.

Entre Dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora