Capítulo 1

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Iba caminando por el bosque, algo que hacía cada día de camino a casa.

No podía evitar fijarme en el pequeño lago que tenía junto a mi, ese que siempre visitaba junto a mi padre. Algo que ya no podría hacer jamás junto a él.

El por qué es bastante simple y doloroso.Mis padres murieron hace tan solo unos meses, dejándome sola y triste en este mundo. Así que no, no podría acompañarme más aquí ni a ningún otro sitio. La muerte de mi madre también me dolía pero menos que la de mi padre. Ella nunca me quiso tanto como él a mi.

Recuerdo que cuando su muerte estaba muy reciente me negaba a caminar junto al lago, ya que me traía recuerdos que prefería no recordar mucho y no aumentar así mi dolor. Sin embargo, no hace mucho saqué las fuerzas suficientes como para caminar por aquí. Los recuerdos me inundaban pero sabía como gestionarlos.

Cuando divisé mi casa, un sentimiento de alivio recorrió mi espalda. Por fin podría descansar en mi cama después de estar toda la noche en vela.

-Hola nocturna- dijo mi primo nada más verme.
Se llama Alex y es un chico de 16 años muy bromista y pesado al mismo tiempo. Aún así le quiero mucho.

Desde que mis padres murieron yo me encargo de su tutela y cuidado debido a que soy mayor de edad (tengo 18 años) y le aprecio demasiado como para dejarlo tirado, aunque la ley tampoco me lo permita.

-Hola pesado- le respondí mientras me dirigía al frigorífico para beber agua fresca.

-Te veo muy simpática hoy- bromeó- Te ha sentado bien la luna llena.
Asentí.

-Sí, me ha sentado tan bien que me apetece arrancarte la cabeza-dije mientras me tomaba una pastilla para aliviar mi dolor de cabeza.

-Vale, vale. Mejor me callo- respondió mientras me lanzaba una mirada traviesa.

-Anda no seas tonto, ven aquí- dije entre risas. Mi primo y yo éramos unas personas muy irónicas. Es decir, siempre decíamos justo lo contrario a lo que queríamos decir para bromear entre nosotros. Por ejemplo, cuando le dije a mi primo que quería arrancarle la cabeza, en verdad quise decirle que quería romperle la espalda del tremendo abrazo que quería darle. Algo que hice.

-Hey, hey- dijo mi primo casi ahogado- A este paso me vas a romper la espalda.

-Esa es la intención- dije mientras le guiñaba un ojo.

-Ah bueno, la verdad es que me dejas más tranquilo- dijo entre risas.

Quizás era un poco bruta, ¿pero qué se le podía hacer?

Cuando el sueño me inundó casi por completo fui directa a mi cama.

-¿A dónde vas?- preguntó mi primo curioso.

-A matar a un duende- dije irónica.

Mi primo levantó una ceja, dándome a entender que no sabía a que me refería.

-A dormir Alex- dije entornando los ojos- Llevo toda la noche sin dormir.

- Vale, vale. Que descanses.

Me pasé toda la mañana durmiendo, recuperando la energía que había perdido esta noche.

En luna llena siempre gastaba toda mi energía. No lo podía evitar.

Cuando por fin me levanté, fui en busca de mi primo. A quien no conseguía encontrar.

Intenté llamarlo por teléfono pero no contestaba y mis nervios solo crecían más y más. "¿Dónde está?" me repetía una y otra vez.

Pasó una hora y no lo encontraba. Traté de llamarlo otra vez pero fue en vano, no aparecía.

-Joder Alex, no me hagas esto- susurré agobiada.

Cuando casi había pasado otra hora más, la puerta de mi casa se abrió. Era mi primo.

Al entrar, me vio con la cara roja e hinchada por haber estado llorando pensando que nunca volvería.

-¿Qué ha pasado?- preguntó Alex preocupado.

-¿Que qué ha pasado?- dije incrédula- No sé. La verdad es que pensé que nunca volverías ya que no me cogías el teléfono y ni siquiera te has dignado a avisarme.

-Si estabas dormida

-Pero existen las notas, imbécil- le respondí fuera de mi.

-Joder Anna, lo siento- se disculpó.

-Más te vale sentirlo.

Lo había pasado terriblemente mal por su culpa pero prácticamente se me olvidó ese sufrimiento interior al ver que estaba bien.

-Ahora necesito que me expliques por qué no me cogías el teléfono- le pedí.

-Es que si te lo digo me vas a querer matar- dijo mientras se rascaba la cabeza.

-Ya lo quiero hacer, así que ya me lo estás contando- prácticamente le obligué.

-A ver- empezó a explicar- He estado en la casa de una amiga.

Genial, prácticamente había pasado de mi culo por una tía. Él haciendo quien sabe que con una chica y yo llorando como si no hubiese un mañana inútilmente.

-Joder Alex- dije con los ojos muy abiertos- ¿No puedes estar ni un solo día sin hacer esas cosas?

-¿Qué cosas?

-Ya sabes que tipo de cosas.- dije sin querer decir la palabra. Aunque mi primo tuviese 16 años y ya no fuese un niño pequeño no me gustaba decir palabras malsonantes como follar o así.

-La palabra es follar. Y la puedes decir perfectamente, ya no soy un crío- me recordó.

Giré los ojos. Tampoco me gustaba que dijera esas palabras, pero ¿qué podía hacer?.

Obviamente sabía que no era un crío pero desde que tengo su tutela había desarrollado una personalidad maternal y sobreprotectora que me era imposible no sacar delante suya.

-Anda, ven aquí- le dije mientras abría los brazos dispuesta a darle un abrazo.

Me lanzó una sonrisilla pícara. No me extrañaba que ligase tanto, con esa sonrisa cualquiera podría.

Nos fundimos en un abrazo que tanto necesitaba.

-Anna, siento que te hayas preocupado tanto-se disculpó por segunda vez- La siguiente vez te prometo que te avisaré de alguna manera.

-Ya te vale- dije con mi cabeza en su hombro.

Mi primo era todo lo que me quedaba en este mundo que de verdad me importase. Sin él a mi lado yo me hundiría.

En ese momento me di cuenta de lo dependiente que era de él. Si desaparecía o se retrasaba cuando salía con sus amigos, yo me preocupaba mucho y me hundía. Sin embargo, cuando lo veía cruzar la puerta todo el disgusto se me pasaba, era como si todo lo malo nunca hubiese existido.

Cuando ya habíamos terminado de cenar, decidí salir un rato y adentrarme en el bosque. No me importaba que fuese de noche, no me daba miedo.

Mientras caminaba me parecía que algo se movía a mi alrededor pero tampoco le di mucha importancia. "Será un ratón" pensé. Sin embargo, a lo lejos me pareció distinguir una sombra con forma de lobo. Me acerqué lo máximo posible, sentía curiosidad.

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¡Hola!
Esperamos que os haya gustado el capítulo. He de decir que quizás no soy la mejor escritora de fantasía del mundo (la mejor es Ángela) pero me ha hecho mucha ilusión escribir este capítulo.
Espero estar a la altura AJAJA.
Besitos <33
María :)

**Si alguno de vosotros ha leído "Somos recuerdos" sabréis que siempre suelo usar canciones mientras estoy escribiendo y las que más me han ayudado a la hora de escribir las pongo al inicio del capítulo. Bueno, pues esta canción "Treat You Better" es la que sin duda más me ha ayudado, la que me he puesto sin parar. Os recomiendo escucharla mientras leéis el capítulo.






















Entre las sombrasWhere stories live. Discover now