[Veinte]

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Al anochecer

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Al anochecer.

—¡Hoy es la noche, amiga! —exclamó Yelena— ¡Nos alocaremos hasta que amanezca!

La ojimiel sonrió, mientras se quitaba los rulos del cabello en el baño.

—¡Tú lo has dicho, Yel!

Salió hacia la habitación, mostrándole a su mejor amiga cómo había quedado su cabello, ésta le aplaudió con emoción.

—Te ves hermosa, y eso que falta el vestido junto al maquillaje, te verás más que hermosa.

—Por supuesto que no, la más hermosa aquí eres tú.

La rubia iba con un vestido de tirantes delgados color negro brillante que llegaba hasta la mitad de sus muslos, acompañado de unos tacones gruesos del mismo color, su cabello estaba suelto y ligeramente ondulado, al igual que su rostro iba maquillado con un delineado de gato negro y un labial rojo oscuro.

—Ay, basta, me sonrojas. —fingió vergüenza— Mejor vístete ya, quiero ver cómo te queda ese nuevo vestido.

En ese momento, Wanda y Natasha entraron a la habitación, ambas con expresiones de temor, lo cual preocupó ligeramente a las otras dos chicas.

—¿Qué sucede?

—Parece que vieron un fantasma. —bromeó la pelinegra.

—Tenemos que decirte algo, ___.

Su tinte burlón desapareció casi de inmediato, por lo cual se aproximó hacia ellas cruzándose de brazos.

—¿Qué cosa?

—Bueno, no queremos que te alteres...

—¿Por qué me alteraría, Nat?

—Linda, porque mi hermano está aquí. —reveló por fin la bruja escarlata, frunciendo los labios.

De pronto, se sintió mareada, por ende su mejor amiga llegó hasta ella, sosteniéndola de la cintura, mientras comenzaba a reír nerviosamente.

—¿Pietro está aquí?

—Así es, lo vimos cuando veníamos a tu habitación.

Toda la alegría que llevaba acumulada desde la mañana se esfumó al saber que el ex novio que rompió su corazón estaba presente en el mismo lugar que ella, se separó de sus amigas y se sentó en la cama, pasándose una mano por el rostro.

Vaya forma de iniciar su "gran noche".

Loki no había dejado de observalo desde que lo vio entrar, lo fulminaba ardientemente con la mirada, pensando que de esa forma acabaría con el hombre con poderes de súper velocidad, Thor se percató de esto, por lo cual lo zarandeó un poco para sac...

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Loki no había dejado de observalo desde que lo vio entrar, lo fulminaba ardientemente con la mirada, pensando que de esa forma acabaría con el hombre con poderes de súper velocidad, Thor se percató de esto, por lo cual lo zarandeó un poco para sacarlo de su trance.

Así consiguió que éste lo mirara de forma brusca.

—¿A ti qué te pasa?

—Él es lo que me pasa. —rechinó entre dientes, señalando al Maximoff.

El rubio frunció el ceño con confusión.

—¿Qué pasa con el hermano de Wanda?

—¿Tanta cerveza te tostó el cerebro? ¿Acaso no te das cuenta de lo que tiene que ver ese tipo con ___?

Pronto, el dios del trueno pareció recordar el suceso de la relación entre el chico veloz y la hija de sus mejores amigos, al igual como ésta última terminó con el corazón roto por culpa de él.

—¡Carajo! No lo había recordado hasta ahora. —se pasó la mano por el rostro— El tipo tiene que ser muy valiente para venir después de lo que hizo.

—Estoy seguro de que viene por una razón.

—¿En serio? ¿Cuál?

—¿Estás lento, hermano? —le dio un zape— ¡Viene por ___!

—Ay, ya entendí. No me pegues.

En ese momento, las tres amigas de la pelinegra llegaron a la escena, manteniendo gestos preocupados mientras hablaban con los padres de la mencionada anteriormente, quienes se veían igual de preocupados.

—Mi pobre bebé, estaba tan emocionada por la fiesta y este tipo se lo arruinó.

—Debemos ir con ella, Tony. Nos necesita.

—No, capitán, ella dijo claramente que quería estar sola. —intervino Yelena.

—Pero...

—Sólo déjala por un rato, tal vez necesite expresar sus sentimientos a solas. —le cortó Natasha amablemente.

Todos hicieron gestos de lástima ante la situación, incluídos los hermanos de Asgard, que habían escuchado atentamente la conversación de hace un momento.

—Sin ofender, Wanda, pero tú hermano es un idiota.

—Lo entiendo totalmente. —frunció los labios— Amo a Pietro, pero lo que hizo estuvo muy mal, no era justo para ella.

En ese momento, el aludido se hizo presente.

—¿Escuché hablar de mí? —habló este con una sonrisa y su extravagante acento.

—Hermano, qué alegría me da verte de nuevo.

Los dos gemelos se abrazaron con cariño, sin embargo, los demás presentes no estaban precisamente felices de verlo, debido a los acontecimientos con cierta chica de ojos color miel.

El peliblanco era consciente de eso, por lo cual, cuando se separó de su hermana, se giró hacia los padres de la chica con una expresión de vergüenza.

—¿Tienes el descaro de venir aquí después de lo que le hiciste a nuestra hija?

—En verdad lamento mucho lo que sucedió.

Todos lo miraron con incredulidad.

—¿Lo lamentas? ¿En serio?

—Hablo con la verdad, me arrepiento mucho de lo que le hice a la bella ___. —se rascó la nuca— Si he venido aquí no es para demostrar lo descarado que soy, sino porque en verdad quiero disculparme con ella.

El dios del engaño rechinó los dientes.

¿Disculparse con ella? ¿En serio?

¿Tardó casi seis meses en darse cuenta de que había cometido un error?

Qué imbécil era ese tipo.

Sin embargo, antes de que alguno pudiera siquiera decirle algo, un ruido se hizo presente a sus espaldas, cuando se voltearon, observaron como la universitaria llegaba tomada de gancho de un curado John, quien se había deshecho de las vendas de su cabeza.

Su melena negra estaba ondulada, brillante y caía elegantemente hasta su cintura, su rostro estaba maquillado de forma sutil para resaltar las partes más importantes, pero lo que dejó a todo el mundo con la boca abierta fue la forma en que su vestido nuevo encajaba perfectamente en su esbelto cuerpo, pronunciando sus pechos, glúteos y caderas, al igual que dejaba ver esas bellas piernas bronceadas acompañadas de unos tacones dorados que la hacían lucir ligeramente más alta.

La forma en que reía de forma animosa con su mejor amigo fue un hecho que molestó —o más específicamente enceló— tanto a su ex novio como a su ex compañero de sexo, quienes no pudieron evitar fulminar con la mirada al joven universitario, sin embargo, sus padres y amigas sonrieron con complicidad.

No permitiría que el idiota de su ex novio arruinara su noche.

Cuando estuvo frente a frente con sus conocidos, se permitió sonreír ladeadamente hacia el menor de los Maximoff.

—Pietro, es un gusto que hayas vuelto.

Secret [loki y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora