Ah, me entraron ganas de ir al baño.
- An, -dije, sacudiéndola un poco.- cariño, necesito ir al baño un momento.
+ ¿Hmm? Voy.
Ella se movió de la posición encajada en la que estábamos. No quería ir por eso, ya que estoy contra la pared con mi espalda, y ella encajada su espalda contra mi pecho, tristemente tendría que moverse para que yo pudiera ir al baño.
Y rodó, el sofá-cama que usamos es bastante amplio, así que pudo hacer la croqueta hasta quedar boca arriba. Si no hubiese techo habría sido como ver a dos espejos mirándose, o mejor dicho, a dos brillantes Universos mirándose.
Con pereza me incorporé, gateé hasta el final del sofá-cama, y como me daba pereza ponerme las zapatillas de andar por casa, bajé en calcetines.
Ya en la planta de en medio, me dirigí hacia el baño, pero cuando tenía mi mano en el manillar, algo me atravesó. Un recuerdo, el váter de aquí no funciona, tengo que llamar mañana al fontanero, que no se me olvide. Anotado eso, bajé las escaleras rumbo al baño de la planta principal. Ya abajo, me dirigí al baño.
Mientras iba por el pasillo, un ruido como de chispas resonó por este. Me detuve a escuchar mejor, pero entonces las luces explotaron y me quedé en la más absoluta oscuridad.
Demonios, no tendría que haber escogido ver hoy esa peli de terror, si no llego rápido al baño, me voy a mear aquí mismo.
Aceleré hasta llegar al baño, y presioné el interruptor. Lo primero que vi, fue una cara reflejada en el espejo. Coño, que susto, si esa cara reflejada es la mía.
Mientras el canario se aliviaba, me pusé a pensar que soy un idiota por asustarme con mi propia cara. Una vez acabé, tiré de la cadena y me fui a lavar las manos. Ya secas, me volví a mirar en el espejo y jugué un momento con mi pelo; puse el flequillo al frente, tapándome los ojos; jeje, así si puedo dar miedo. Aunque yo tampoco veo mucho, es lo malo. Lo volví a dejar en su sitio y al levantar la mirada hacia el espejo, vi que detrás de mí había alguien, con el cabello que le tapaba la cara, y no era yo. Me giré, asustado. Y entonces la figura se rió.
- Hostia, me has asustado.- puse una mano sobre su cabeza para despeinarla aún más.- ¿Por qué has bajado?
+ Porque escuché algo, no quería estar sola, y tenía ganas de ir al baño.
- JAJA, no soy el único al que le dio miedo esa peli, ¿eh?
+ Calla, que el mayor susto te lo has llevado tú. -dijo mientras se reacomodaba el pelo.
- Bueno...Te gastas más en arreglar los desperfectos de una casa nueva que en la casa en sí, ¿no crees?
+ Si, si. Tú cambia de tema.
Salí del baño riéndome, y al cerrar la puerta detrás de mí, una voz, que venía del lugar que acababa de dejar, dijo:
+¡Ni se te ocurra esconderte en una esquina para asustarme o te mato!
-Tranqui, no lo haré. -respondí mientras me iba escaleras arriba.- O puede que sí.- rematé en un tono más bajo.
Estaba a mitad de escaleras cuando su grito me alcanzó.
+ ¡¡Cómo lo hagas duermes en el sofá!!
- ¡Ya dormimos en el sofá!
Llegué arriba y la esperé tumbado boca arriba en medio del sofá-cama. Para cuando llegó, cogió impulso en el último momento y saltó para caer sobre mi.
+ Cabrón. Me has puesto en tensión.
Cuando la tuve encima, la rodeé con mis brazos y le di un beso. Luego la hice rodar, la puse a mi lado y le pasé el mando.
- Mejor vemos ahora una película de acción, ¿OK?
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Historias cortas
Короткий рассказHistorietas breves que se me ocurren. Cada semana, una nueva. Cada semana, algo nuevo.