Amor Gótico Depresivo

𝓓𝓲𝓪𝓻𝓲𝓸 𝓭𝓮 𝓝𝓲𝓷𝓪 𝓢𝔀𝓪𝓷

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(Continuación de la entrada anterior)

     La profesora de detención se fue, y nos dejó solos por fin, la verdad que no aguanto más estar en este lugar.

     Hace un momento el chico raro me habló, me preguntó si tenía goma, se la presté si decirle nada, la verdad que no tenía ganas de hablar, y supongo que se reflejó en mi cara, ya que después me preguntó si yo estaba bien. Evidentemente no estoy bien, estoy en detención cuando podría estar con mis amigas. Pero intenté ser lo más cortés al responderme, lo último que quería era llevarme mal con el rarito del salón, además no es como que me cayera mal, solo que tener al lado mío a alguien que estaba tan envuelto en misterio e incógnitas me tenía algo insegura. ¿Sería verdad lo que se comentaba por el salón? Que era un inadaptado, un lobo solitario, un futuro asesino, de esos que al estar tan marginados llegan un día a su aula con un arma y se pone a disparar. No, no podría serlo, si bien tiene actitudes algo extrañas, como ser parte de estas nuevas tribus urbanas que se visten de negro y usan maquillaje blanco además de cadenas con símbolos paganos, no creo que alguien así tenga malas intenciones, es algo muy personal y difícil de explicar, pero lo siento de esa forma. Además de ser raro, también por el salón, empezó una extraña fascinación por él, un chico misterioso y alto, además de ser mayor que todos nosotros, que era solitario y miraba por la ventana hacia el patio y parecía estar ensimismado en sus pensamientos, compara eso con los otros chicos del curso, todos parecen niños de primaria comparados en él, enfocados en jueguitos tontos y haciendo estupideces, parecían más básicos que y fáciles que la tabla del dos.

     Ay, qué raro se siente escribir todo esto estando a tan poca distancia de Alan, da igual, además es mi diario, cuando lea esto en un par de años me voy a reír.

     Acabo de tener una conversación con Alan aaaaaaa.

     Él me devolvió la goma y me preguntó si lo ayudaba con la tarea, asumo que pensó que yo la estaba haciendo, le respondí que no había problema, y en eso se levantó de su asiento y se sentó al lado mío, al ver esto rápidamente cerré mi diario íntimo y abrí el cuaderno de tareas. Estaba avergonzada obviamente, qué pensaría él si viera que lo mencioné en mi diario, y no solo eso, que este es un diario nuevo ya puse su nombre en las primeras páginas, pensaría que soy una loca obsesiva, de esas que siguen a sus supuestos amores por la calle e intentan saber todo de ellos.

     Claramente se dio cuenta de mis torpes movimientos y supo que estaba ocultando algo, se haya o no dado cuenta no hizo comentario al respecto.

     ―Tu eres Nina, ¿no? ―dijo mientras me miraba, tenía agarrado su bolígrafo negro y lo hacía girar entre sus dedos.

      Yo respondí afirmativamente, no esperaba que supiera quien era, en nuestro salón éramos casi 43 y nos sentábamos bastante lejos. Pude ver que, a diferencia mía, sus útiles escolares consistían en:

· Un cuaderno (que pareciera que lo usaba para todas las clases)

· Un bolígrafo

· Un lápiz muy usado y casi minúsculo de tanta punta que se le había sacado. (no sé cómo podía usarlo, digo, tiene manos grandes para usar algo tan pequeño)

     Le pregunte como sabía mi nombre y el respondió:

     ―¿Acaso tú no sabes el mío? ―dijo, e hizo una pequeña sonrisa― Llevo como 1 mes  en este colegio, obvio que se tu nombre, el hecho de que jamás hayamos cruzado no significa que no sepa quién eres.

     Tenía razón, había entrado en pánico y dije una estupidez jajaja.

     ―Bueno Alan, si se tu nombre ―contesté intentado que el momento pasase y fingiendo una risa. Yo pensaba que él era más introvertido y que no sabía los nombres de todos, ósea, yo estoy en este colegio desde hace 3 años y todavía me cuesta recodar los nombres de la gente con la cual no hablo, o a veces me confundo, yo pienso que recodar los nombres de la gente que ni siquiera cruzo palabra es algo inútil. El caso de Alan era diferente, ya que causó algo de revuelo su llegada.

      ―Entonces, Nina ¿entiendes algo de la termodinámica?, la verdad que es que las leyes de la termodinámica siempre me parecieron difíciles de recordar, termino de leerlas y al instante tengo que volverlas a leer, excepto la primera ley, que creo que es la más fácil de entender y que todos conocen.

     Él me estaba hablando y yo no podía dejar de pensar en que el chico misterioso y callado me estaba hablando como si fuéramos conocidos de toda la vida, entiendo que su afán por aprender tal vez lo llevó a necesitar de la ayuda de alguien, pero el que hablase de esa forma tan segura y envolvente me hacía preguntar ¿Por qué estuvo callado todos estos meses? ¿Por qué, si era tan sociable, no se había dedicado a conversar con todos los del salón? A quien engaño seguro habla conmigo porque era la única persona que conocía y que además le podía explicar de y termodinámica :(

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