Amor Gótico Depresivo

𝓓𝓲𝓪𝓻𝓲𝓸 𝓭𝓮 𝓝𝓲𝓷𝓪 𝓢𝔀𝓪𝓷

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(Continuación de la entrada anterior)

     Nos pasamos un buen rato charlando de termodinámica, la verdad que ser profesora se me da bastante bien jajá. En un momento de nuestra charla le dije:

     ―Entonces... ¿Qué te parece este colegio? Digo, a diferencia de tu anterior colegio. ¿Te está gustando este?

     La verdad que quería saber más de él, yo no suelo preguntar ese tipo de cosas, pero en este caso no me pude resistir, era como si tuviera la necesidad de saber más de su vida, no me mal entiendan, yo no estoy enamorada ni nada, solo no quiero que mi conversación con el chico misterioso se base puramente en la termodinámica.

     ―Me gustaba mi antiguo colegio, al parecer me gustaba tanto que... bueno, me divertía bastante, tal vez por eso estaba más concentrado en otras cosas más que estudiar y ser el alumno ejemplar que alguna vez fui.

     Mientras decía eso se recostaba en la silla y miraba hacia el techo, pude notar que había cierta nostalgia en sus palabras, además de parecer frustrado.

     ―Soy un idiota...... ―dijo.

      Vi cómo se inclinaba hacia delante y ponía su cabeza entre sus manos y apoyaba sus codos en sus muslos. Cuando se ponía en esa posición estábamos a la misma altura, y eso que mido 1,65, seguro que el mide aproximadamente 1,90 o cerca.

     ―No era mi intención molestarte, perdóname ―dije.

     ―No, no es tu culpa, querías saber y no hay nada malo en eso... solo que siento mucha rabia, hacia mí mismo, por haber estado todo el año pasado holgazaneando, sabiendo lo mucho que costaba entrar a ese colegio.

     ―¿Era un colegio privado?

     ―Sí, yo pude entrar gracias a una beca para jóvenes de bajos recursos, todos los años sacaba las mejores calificaciones, pero el último fue diferente, no sé lo que me pasó, bueno, si lo sé, empecé a dejar de lado los estudios para hacer tonterías, por eso estoy aquí ahora, teniendo que repetir mi último año escolar una vez más....

     Lo miré durante un rato, sentía pena por él, imagínense repetir tu último año, y no solo eso, tener que hacerlo en un colegio nuevo donde no conoces a nadie. La verdad que quería saber más de todo lo relacionado con su colegio anterior, pero sentí que sería algo incómodo para él hablar de eso con una desconocida, bueno, no tan desconocida, pero tampoco es que nos tengamos tanta confianza, así que pensé en preguntarle otra cosa que no fuera tan profunda, y para bajar la tristeza que se había formado en el ambiente.

     ―¿Por qué te vistes así?

     ―¿Así cómo? ―dijo desconcertado pero sonriendo, debo admitirlo, tenía una linda sonrisa.

     ―Con ropas oscuras, chaqueta de cuero, veo que tienes varios collares alrededor del cuello y delineado negro bajo los ojos, eres medio Darks ¿no? Jaja ―lo pregunté medio riendo para no ofenderlo.

     ―Medio Darks jajajaja, no, osea si, la palabra no sería Darks, en todo caso sería gótico, aunque soy más mall goth.... Bueno, tampoco te quiero aburrir hablando de todos los subgéneros de la estética gótica.

     ―La verdad no sé qué es eso de mall goth, pero no te preocupes, solo te preguntaba porque no se ve mucha gente con tu estilo por este colegio, además... debo admitir que te queda bien, eres como... diferente.

     Ambos reímos y dijo:

     ―¿Te cuento algo? ―dijo mirándome a los ojos, sus ojos eran de color avellana, resaltado por la pintura negra, tenían una profundidad hipnótica.

    ―Dime.

     ―Pero no te vayas a reír jajá, en mi antiguo colegio no me llamaban Alan, tenía amigos, ya sabes, igual góticos, por lo que nos pusimos diferentes apodos "Darks" como dirías tú, y a mí me llamaban.... Satán.

     No sé lo que no pasó en ese momento, pero no pude evitar reírme, hace meses que no me reía tanto, me dolía el estómago y las lágrimas salían disparadas de mis ojos.

     ―Ay perdóname, no era mi intención pero me agarró desprevenida, no me estoy burlando de ti, solo que....Sataaan jajajajajaja.

    Alan se quedó en silencio, pero no parecía estar enojado, seguro esperaba que me causara gracia, pero no tanta. Justo cuando él iba a decir algo sonó el timbre del recreo.

     ―Bueno, nos vemos luego ―dijo mientras recogía su cuaderno y sus lápices para salir de la sala de detención lo antes posible.

     Iba a decirle que esperase, que no quería reírme así de su apodo, pero estaba muy cansada y me dolía el estómago.

      Fui muy pesada contigo chico gótico, perdón...... :(

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