En un internado Rebecca es asesinada por un grupo de chicas durante un ritual para obtener popularidad. Después de morir un demonio llamado Evangeline le ofrece regresar en otro cuerpo para vengarse.
Rebeca solo tiene tres meses para lograr su comet...
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"Todo lo que veo es una chica muy buena para ser verdad"
"Ojalá no me importara"
"Quiero tanto ser como tú y ni siquiera te conozco"
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Ya ha pasado una semana desde que Naomi llego a este lugar, todas no hacen más que hablar de ella y yo me esfuerzo para congeniar con ella.
Casi nunca me levanto con ganas existir he ir a clases, pero hoy es diferente, siento como si una ráfaga de energía me hubiera golpeado y ahora no puedo esperar para que comience el día.
Rápidamente me pongo el uniforme y sujeto mi cabello en un chongo despeinado dejando unos mechones sueltos, se supone que mi cabello vendría siendo color café, pero para ser honesta tiene un color más grisáceo, pero no del bonito rubio platinado, sino que es un color más perecido al de las cenizas o como diría Bianca "El pelaje de una rata".
Sacudo mi cabeza para alejar ese pensamiento y me miro al espejo, un impulso me anima a maquillarme un poquito. Contrario a lo que muchos piensan soy bastante capaz de maquillarme, simplemente me da flojera o a veces no quiero y ya.
Una vez que termino salgo de la habitación con una inmensa emoción, bajo las escaleras y entro a la cafetería, el día de hoy la fila no está tan larga, así que me apresuro a tomar mi bandeja y formarme. Un par de personas después llega mi turno, Anne me recibe con una sonrisa antes de servirme unos huevos revueltos y un jugo de naranja.
—¡Feliz cumpleaños lunita! —me felicita haciendo que mi sonrisa crezca.
—Gracias Anne —Ella voltea a ver hacia ambos lados y luego me hace una seña para que me acerque. Le hago caso y cuidando que nadie la vea, coloca un pequeño muffin en mi bandeja—. No tenías por qué hacerlo —le aseguro y ella sacude la mano restándole importancia.
—Eras de las pocas personas que valen la pena en este lugar —me dice y hace que me sienta... querida. Hace mucho que no me sentía así.
Vuelvo a agradecerle y me voy de la fila que ya ha crecido bastante. Camino hasta nuestra mesa, las chicas ya están todas sentadas y no hay señales de Naomi.
Monique me ve a la distancia y me saluda con la mano, yo le devuelvo al saludo y tomo asiento.
—¿Y de qué hablan? —les pregunto mientras me llevo un poco de huevo a la boca.
—Estamos planeando una fiesta —dice Monique emocionada ganándose un ligero codazo de parte de Christine, pero decido ignorarlo y mi sonrisa crece un poquito más.
—Sí, pensamos que sería buena idea hacerla en la torre —termina Olivia.
—Me perece genial, pero en serio no era necesario —les digo.
