Capítulo 6

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Capítulo 6

Había pasado una semana desde el incidente con Ginny, por fin le habían permitido levantarse de su cama e irse a su sala común. Su primer incidente había sido bastante más grave de lo que había querido admitir y le había tomado dos semanas sanar correctamente, incluso con la ayuda de las horribles pociones sanadores de Madam Pomfrey.

Ya en su habitación pudo respirar en paz.

Al entrar a la sala común sintió como todo el mundo dejaba de hacer lo que hacían solo para mirarle, casi hubiera jurado que alguien lo atacaría sino fuera porque Pansy y Sabini le fueron a recibir y le acompañaron hasta su habitación ¿Cuánto tiempo podría seguir así? No podía depender de sus amigos para poder protegerse siempre pero ahora ni el apellido Malfoy le ayudaba a sentirse con fuerza para estar solo.

De pronto uno de los cajones de su escritorio comenzó a tiritar, Draco por instinto se apoyó contra la puerta hasta que el cajón cedió y de esta salió una caja de cartón elevada por una carta con forma de paloma que lo depositó sobre su cama, fue entonces que la carta se volvió un par de labios.

—No has cumplido con enviar tu día de hoy Malfoy —La voz de Harry salió de la carta y Draco bufó— Y no bufes, tenemos un acuerdo ¿Recuerdas?

—Lo iba a hacer ahora —Reclamó la serpiente— ¿Cómo lograste entrar a mi cuarto?

—Por favor, pude entrar a Gringotts y no podría entrar a la sala común de los Slytherin —Se mofó la carta y Draco estaba seguro que Harry sonreía con burla— Abre la caja, tengo algo para ti

—Que tierno ¿Será una carta donde renuncias como mi protector? —Ironizó la serpiente tomando la caja y al abrirla encontró tres objetos, un espejo, una botella con un líquido transparente y un broche con el escudo de la casa de las serpientes— ¿Y esto?

—Se dice gracias —Puntualizó la carta— El espejo es de doble cara, así podrás hablar más rápido conmigo, si necesitas algo solo debes hablar por él yo estaré pendiente. La botella contiene una poción que solo debes beber en caso de que sospeches que te han dado alguna pócima para hacerte daño y el broche solo es algo para que convine con tu ropa

—¿Eso es verdad? —Preguntó mirando el pequeño broche— Es demasiado elegante para que alguien como tu lo eligiera

—Eso fue rudo, veo que ya estás mejor —Harry llegó a reír suavemente, algo que hizo sonreír a la serpiente— Me ayudaron ¿Está bien? Sólo asegúrate de andar con esas cosas siempre en tu ropa

—De acuerdo —Draco aceptó finalmente— Ahora me dejas en paz para hacer los deberes que tú mismo me dejaste

—Hoy descansa mejor —Respondió la carta— Mañana será un nuevo día

Y sin más la carta se destruyó a sí misma como lo hacían los vociferadores, dejando a Draco solo por aquella noche.

El rubio ahogando un suspiro dejó el espejo de doble cara y la pequeña botella dentro del bolsillo de su uniforme, mientras el broche lo colocó en su corbata. Pasado las manos por su rostro se quitó la ropa quedando solo en ropa interior y se acostó intentando conciliar el sueño, aunque sin la ayuda de las pócimas de Madam Pomfrey sería toda una odisea.

**

Ron salió de la ducha con la toalla amarrada en su cintura y otra secando su cabello. Con el trabajo de Auror su cuerpo estaba cambiando al igual que el de todos, sus hombros eran más anchos y su pecho se estaba marcando al igual que sus brazos, sus piernas estaban más fuertes e incluso estaba teniendo mucho más vello que antes, sobre todo el que le había salido hace un par de semanas en forma de flecha hacia su zona baja.

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