Capítulo 1

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Capítulo 1

Con el tiempo transcurrido los ánimos se habían calmado pero eso no decía que todo hubiera se hubiera olvidado, era muy pronto y lo sabía, por lo que no esperaba grandes sonrisas ni buenos ánimos al volver.

Ni siquiera tenía ganas de volver, pero ya no tenía nada más.

Ahogando un suspiro bajo de aquel vehículo muggle y luego de agradecer el viaje camino con pasos pesado en dirección al Andén 9¾. Después del juicio sus padres tomaron la decisión de dejar los hogares mágicos y se cambiaron a un hogar en el mundo muggle, más que nada para evitar la vergüenza que traía a la familia el hecho de no ser fuertes y poderosos, sin contar que ahora cualquiera se atrevía a considerarse con derecho de ir señalando su presencia.

Sin cruzar miradas con ningún mago que iba en su misma dirección cruzó la columna entre el andén 9 y 10 llegando al Andén que lo llevaría a Hogwarts, y nuevamente obviando las miradas de todos los presentes, camino en dirección del nuevo ministro de magia y el Auror que le acompañaba.

—Buenos días Malfoy —Saludo el ministro Kingsley antes de indicar el carro a su lado con las cosas solicitadas por la escuela aquel año— Aquí te hemos otorgado todo lo solicitado, como fue acordado los materiales fueron correctamente buscados aunque quiero que entiendas que no son del tipo que estás acostumbrado

—De acuerdo —El menor tan solo asintió luego de un año ya se había acostumbrado a que su vida había cambiado totalmente y había aceptado el hecho que estar fuera de Azkaban era el mejor trato que pudieron tener — Gracias Ministro —Agradeció antes de tomar el carro con la intensión de alejarse de aquel lugar

—Malfoy —Llamó esté haciendo que el menor lo mirase, luego se acercó para tener mayor intimidad evitando que toda aquella gente intrusa escuchara— Espero que entiendas que por normativa serás visitado cada cierto tiempo por Aurores —Cuando observó que el menor asentía después de ahogar un suspiro toco su hombro en un acto de confort— Solo espero que entiendas que ante cualquier conflicto, cuentes también con nosotros

Tan solo asintió, que más podía hacer, luego de todos los juicios las palabras que murmuraba la gente había taladrado su cerebro y había echado raíces.

Ellos vivirían lo que se merecían por aquella marca que habían portado.

Cuando por fin logro encontrar un vagón vacío se sentó dejando que todos sus pensamientos volarán, menos de cinco minutos y ya quería salir huyendo de aquel tren, prefería atentar contra su vida al saltar por la ventana que volver a ver aquellas acusadoras miradas en su dirección.

Ahora era un traidor.

No había luchado contra Voldemort.

No había luchado al lado de los Mórtifagos.

Solo había huido como una rata.

El sonido de la puerta abriéndose lo sobresalto, pero al ver que solo se trataba de Harry Potter bajo la guardia aunque aquello no indicaba que estuviera confortado.

—Malfoy —Llamó este sentándose frente a él, su mirada a pesar de ser dura era más amable que todas las que había recibido desde que subió al tren— Te vi en el andén

—Bien por ti —Murmuró el rubio aunque sin burla en su voz, había incluso tristeza y cansancio

—El ministro habló conmigo —Murmuró el mayor mientras metía tu mano en sus pantalones— Yo seré quién se hará cargo de tu persona este año en el colegio... —Miro al rubio sin obtener respuesta de este— Habrá una lechuza la cual podrás ocupar si necesitas algo

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