Parte 2

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El auto de Manuel se estacionó a las afueras del lugar que su amigo les había recomendado, por fuera era lindo, pero por dentro lo era aún más. Todo estaba verdaderamente perfecto y en orden, justo como le gustaba a Manuel. Tuvieron que esperar alrededor de quince minutos para poder tener una mesa en la terraza del lugar, tiempo que Aimé aprovechó muy bien al pedirle a su padre que la fotografiara para mandarle algunas fotos a su madre, una vez que la chica quedó completamente satisfecha con las fotos de su padre le agradeció y pidió que se sacaran una selfie para presumirla en su Instagram, Manuel accedió y la abrazo a su hija apretándola fuerte haciendo que la chica riera y la toma quedara muy bonita.

-Señor –le llamó la recepcionista –Me informan que su mesa esta lista, si gustan acompañarme –padre e hija asintieron y siguieron a la señorita –Aquí es, les dejo el menú, en un momento viene el mesero a tomar su orden

-Gracias –dijeron ambos y vieron a la señorita retirarse

-Pá esta divino todo

-Bastante, me gusta mucho, ¿Qué vas a ordenar?

-Se me antoja muchísimo un sushi, pero...

-Buenas noches, mi nombre es Javier y seré su mesero esta noche, ¿están listos para ordenar?

-Buenas noches joven –respondió Manuel –Por el momento solo traiga un par de cervezas, aun no nos decidimos, ¿verdad amor? –Manuel había visto como el mesero y su hija se miraron, y si, era un padre celoso. Aimé le dedicó una mirada de enojo a su padre y este rio divertido

-En un momento se las mando, permiso

-Propio –respondió Manuel

-Debes dejarme de decir "amor" papá, me ahuyentas a todos los galanes –le reprochó

-Ese es el punto amor

- ¿O sea que prefieres que piensen que eres un señor rabo verde por andar con una señorita? ¿Quieres que piensen que eres mi sugar daddy?

-Si con eso tengo la certeza de que ningún hombre se te va a acercar, si

-Ya tengo veintidós, papá, no puedes hacer eso –lo miro seria –Algún día tengo que tener novio –Manuel suspiró –Y no, no voy a abandonar este tema de conversación

-Okey, tendremos esta conversación después de cenar

- ¿Lo prometes?

-Lo prometo –Aimé siguió viéndolo seriamente mientras levantaba una ceja –Por la garrita y el tobillo

-Está bien pá

Continuaron en silencio mirando la carta intentando decidirse por que pedir, Javier les llevó el par de cervezas y les dio un momento más para decidirse, Manuel y su hija brindaron por el inicio de aquellas vacaciones inolvidables que tendrían y aprovecharon para hacerse una selfie más.

Finalmente decidieron ordenar y veinte minutos después les llevaron su comida la cual Manuel no se cansó de decir que estaba deliciosa haciendo reír a su hija, esta vez decidieron acompañar su comida con un vino tinto el cual les estaba haciendo recordar los buenos momentos que había pasado juntos a lo largo de esos veintidós años. El hombre abrió su corazón y le confesó a su hija lo feliz que se volvió el día que su madre le dijo que estaba embarazada, le dijo lo deseada que fue y lo que significaba en su vida haciendo que a la chica se le pusieran los ojos cristalinos.

-Te amo pá

-Yo más mi amor

Continuaron cenando y platicando cuando de pronto se les acercó una mujer y les preguntó si todo estaba bien, Manuel al querer responder giró su rostro para ver el rostro de la mujer y se llevó una sorpresa, era ella, era Mayte, su Mayte.

- ¿Mayte?

- ¿Me conoce?

- ¿La conoces? –preguntó Aimé

-Si si ella es, eres Mayte, ¿si eres Mayte? –ella estaba un poco confundida, pero aquello le estaba haciendo un poco de gracia, así que asintió y acto seguido sintió a Manuel abrazarla –Dios, jamás me imaginé que te encontraría aquí

-Si soy Mayte, pero ¿Quién es usted? –él se separó de ella

-Soy Manuel... Mijares

Para ella fue como si un balde de agua fría le hubiera caído en aquel momento, pero ¿cómo podía haber olvidado a Manuel? Si había sido uno de los hombres que más feliz la había hecho.

- ¿Cómo estás? –preguntó él

-Bien, muy bien –respondió con entusiasmo, le había caído el veinte al fin, estaba frente a su "gordito" - ¿Y tú? ¿Qué te has hecho?

-Estoy muy confundida –dijo Aimé

-Hija... Ella es Mayte una ... amiga que quiero con todo mi corazón, May, ella es Aimé, mi hija

-Mucho gusto –Aimé le dio la mano a Mayte y esta sonrió tomando su mano - ¿Desde cuándo conoces a mi papá?

-Años, bastantes años

-Mayte es parte de la pandilla, donde también esta Humberto, ¿te acuerdas de él? Nos lo topamos cuando llegamos a la casa de los abuelos –su hija sintió y siguió comiendo –A todo esto, ¿qué haces aquí, May?

-Bueno –rio bajito –Es que soy la dueña del restaurante

-No me digas ¿de verdad? –ella asintió con la cabeza –Oye pues muchísimas felicidades, está todo muy rico, ¿verdad hija?

-Si Mayte, todo está delicioso, ¿Por qué no te sientas con nosotros?

-No no no, ¿Cómo creen? No quisiera interrumpir e incomodarlos

-Para nada, Mayte, haznos el honor

-Hagamos una cosa, terminan de cenar y yo mientras veo unos pendientes aquí en el restaurante, nos vemos abajo y nos vamos a mi casa a tomar una copa, si gustan claro

-Si, pero primero préstanos tu identificación

-Aimé –Manuel la regañó con la mirada, pero estaba entendiendo el plan de su hija

- ¿Qué? Es para ver si es la Mayte que crees conocer, pá –a Mayte le causó mucha gracia el comentario de la chica, pero la entendía, así que sin problemas le mostró su identificación- Aquí dice que te llamas María Teresa

-Porque mi nombre es María Teresa –suspiró –Mayte solo me dicen las personas más cercanas a mi

-Como mi papá

-Como tu papá, Aimé –ella le devolvió su identificación - ¿Pasé la prueba? –dijo divertida

-Si Mayte

-Perdona May...

-No te preocupes Manuel, entiendo a tu hija, yo haría lo mismo. Eres muy lista, Aimé

-Hay que cuidarse, Mayte, en estos tiempos ya no se puede confiar ni en nuestra propia sombra

-Nos vemos allá abajo, entonces –les sonrió y se retiró

-Eso fue muy grosero, Aimé –le regañó su padre mientras se volvía a sentar frente a ella

-No fue grosero, papá, ¿Qué tal si no era la Mayte que pensabas? Nos íbamos a su casa, nos secuestraba, nos mataba y vendía nuestros órganos en el mercado negro, a parte ni se llama Mayte

-Ya te explicó que es de cariño

-Qué casualidad, ¿no? Solo la gente más allegada a ella le dice así

- ¿Y qué?

-No sé porque creo que ella no fue una simple amiga 

LA PLAYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora