Sería obvio su desenlace al mal pasaje.
Y tenme ahí, sin reprochar viendo algo que en su momento no había de aceptar.
El susodicho, fruncía su razón, y en cuestión.
Los brotes de mi cultivo marchitó sin piedad. Y así sin más, el amor, aprecio y cariño que se pudieron dar solo quedaron en el desear.
Nunca se logrará avivar la llama que nunca ardió, y aún así me causa desilución.
La interrupción en la formación de esplendor termina en su corrupción.
Dare así mi afirmación a la sensación que me causa desolación.
El ardiente presentir de mi razón a punto de partir, y el saber que mi alma de nuevo ha de coexistir con, soledad.
Ironía es una tiranía.
No es nuevo y sin embargo es un estreno, sin saber si terminará en algo sereno, me da un gran porvenir su compañía aún sentir. Y su mirada sobre mí me quedara reprimir.
Insistir sin decir el porqué.
¿Hay razón para ese dato saber?
¡Pues la respuesta la sé! Mi paz altera y mi corazón desespera
Y aún así tendré que aparentar ser el que nada sin peso en sus pies, la verdad es mucho para el entender.
La aceptación y limitación ya impuesta sin su resplandez es algo ya causante de estrés que se oculta bajo el reglamento de la "certez".
Claro que yo lo llamaría una estupidez
Me daría la razón sin dudar y a su vez nuestro pensar no rozan como arena y mar.
Y sin más, dejo mi razón nadar en su caudal. Retorcerse en sus cabellos, un mar de vueltas y destrezas. Y a su serio estar le voy a atribuir mi falta de analizar.
Para de nuevo en el mismo lugar empezar.
