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Eran aproximadamente las 7:30 de la mañana. Caminaba por los grandes pasillos de Hogwarts junto a los de mi casa. Todos caminando en una fila en dirección al gran comedor.
Mis pies casi se movían por si solos. Escuchaba a Oliver tras de mi hablando de quidditch como de costumbre, y vi de reojo a Fred y George separándose de la fila.
Al instante fueron regañados por Percy. Ellos me miraron para excusarse pero solo me di la vuelta y seguí caminando.
Oliver me alcanzó y puso en mi hombro un mechón de mi rizado cabello rojo para después caminar a mi lado.
—Percy despertó muy temprano para asegurarse de que estuviéramos listos. —Susurró a mi oído—. Deve de ser por eso que está gruñón.
—Seguramente.
—¿Cómo dormiste? —Posó su mano en mi hombro y sonrió.
—Con los ojos cerrados, ¿y tu? —Devolví la sonrisa y comenzé a caminar más rápido.
—Chistosa. —Siguió mi movimiento alcansandome enseguida—. ¿Estás emocionada por tu hermano?
—¿Ron? Claro —Murmullé—. No fue nada fácil para mí cuando llegué.
—Lo recuerdo. No te despegabas de Charlie y no pudimos entrenar una semana. —Recordó —. Mcgonagall dijo que era peligroso llevarte en la escoba con el...
—No se como pensaste que eso funcionaría. —Rodé los ojos y di una carcajada.
—Tenía un plan buenísimo, te lo juro.
—¿Yo terminaba viva en ese plan? —Le dí una palmada en la espalda y aceleré el paso.
Caminé tan rápido que terminé chocando con alguien. Lamentablemente ese alguien era Percy.
Volteó a verme. Sus ojos decían que quería aniquilarme pero recordaba que soy su hermanita.
—¿Pueden dejar de hablar por cinco segundos? —Luego de decir eso se volteó y siguió caminando.
—Perdón Percy. —Mis manos se pusieron heladas y un cosquilleo pasó por mi espalda.
Caminé junto a él a su petición. Para poder vigilarme.
Al entrar al gran comedor nos posicionamos. Nos sentamos en nuestras respectivas mesas y minutos después entraron los maestros.
Enfrente iba el profesor Dumbeldore. El profesor Snape junto a todos los demás.
Hagrid nos sonrió al pasar a nuestro lado y se sentó junto a los maestros.
Faltaba poco para que los de primer año entraran por esa puerta y estaba más que emocionada.
