Mute [changjin]

XIII

—¿Por qué no me dijiste que era tu cumpleaños?

Hyunjin vio con su único ojo disponible, ya que el otro estaba detrás de una pequeña toalla con hielo y se encogió de hombros.

La fiesta de cumpleaños era exclusivamente familiar, pero era porque Hyunjin no tenía amigos para invitar, todos habían quedado en Busan y no habían podido venir.

Así que solo estaban ellos dos, entre los padres de Hyunjin, su abuela y un par de tíos, porque, de nuevo, muchos se habían quedado en Busan.

—Ni siquiera te tengo un regalo, Hyunjin —dijo, pero el otro solo se encogió de hombros—. No, no hagas eso, a mí me molesta mucho cuando no me traen no regalo en mi cumpleaños, es que... Es una de las pocas ocasiones del año donde te dan un regalo.

Hyunjin lo apunto y luego movió él dedo negativamente.

—Bien, yo no me contengo cuando quiero regalarte algo.

Eso hizo a Hyunjin sonreír, pero hizo una mueca de dolor cuando el gesto le tiró la herido del labio.

Changbin suspiro, todavía tenía ganas de matar a esos chicos.

Los había visto salir del baño, carcajeándose, uno de ellos lo miro, con una sonrisa egocéntrica.

"Tu novio te estaba llamando" dijo, para luego hacer una "o" con los labios, burlándose de la mudez de Hyunjin, "Oh, cierto" y no escucho más porque había ido corriendo hacia el lugar.

Hyunjin se dio cuenta de qué debía estar pensando Changbin, se acercó a él para apoyar una mano en su hombro, negando con la cabeza para que se olvide.

Changbin alzo la vista hacia él.

Hyunjin era un chico muy dulce, demasiado cálido para un mundo tan frio, con personas que querían apagar ese calor, ese brillo en los ojos y que planeaban amargarlo.

Changbin temía que desgraciadamente, habían enfriado bastante la personalidad del chico, aunque él no era así, en cuanto Hyunjin volvía a estar solo parecía apagarse.

Y no lo merecía, no merecía nada de eso.

—Hyunjin, creo que deberías cambiarte de escuela —dijo.

Las palabras hicieron que las cejas de Hyunjin se alzaran, abriendo los ojos con lo que parecía miedo, comenzó a negar efusivamente, haciendo señas con la única mano disponible.

Changbin intentó tranquilizarlo, tomando su mano entre las suyas, conteniéndola.

—Tranquilo, shhh... Yo me cambiare de escuela también —dijo—. Estaremos juntos, seguiremos juntos.