❤ Ilusiones ❤

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El tiempo continuaba haciendo de las suyas. Maggie y Mai pasaban los días en su mayoría juntas, ya fuese en clases hablándose por pequeños trozos de papel o ensayando.

En los recesos se juntaban con Los Animatrónicos para conversar sobre la competencia y ayudar a Puppet en su travesía romántica. De vez en cuando Bon se cruzaba en su mirada, los pensamientos del chico inundados por el nerd, pero nunca llegaba a sacar el valor para decirle sus palabras a Bonnie. Maggie simplemente le miraba un tanto decepcionada, pero con una compasión que nunca supo que tenía dentro.

Y de un momento a otro, las primeras pruebas del semestre eran entregadas a las manos de los niños. No le dieron respiro, la calidad de su educación era tan alta como la calidad de sus exámenes, algo a lo cual no estaba acostumbrada.

Algunos sonreían con una buena motivación por delante, como Mai, que observaba su buena calificación. Pero también estaban los que fruncían el ceño, diciéndose a sí mismos que era solo una broma.

Maggie nunca fue de las personas que estudiaron. En su antigua escuela, con tan solo prestar atención en clase y repasar un día antes ya pasaba sus exámenes. Estuvo equivocada al pensar que esa suerte también ocurriría ahora.

—Estoy muerta... —Susurraba para sus adentros.

Mentiría si dijese que era la peor nota de su vida. Hubo algunos proyectos pasados de los que no se sentía muy orgullosa. Sin embargo, esas tareas no le afectaban en su futuro como ahora lo hacía esa hoja de papel.

Mai estaba a punto de preguntarle cómo le fue a su compañera. Pero al darse vuelta y encontrar a la chica horrorizada, supo que no era lo mejor que podía hacer. Maggie notó su duda, y si bien siempre era bienvenida la compañía de la chica, necesitaba estos segundos para establecer la realidad que le caía encima.

—Muy bien, chicos. Eso es todo por hoy. Recuerden que aún quedan más pruebas la próxima semana, así que continúen esforzándose, y buen día.

El profesor se despidió de sus alumnos, y como todos los otros, salió del salón.

Dos chicas se quedaron en sus asientos, una mirando a su amiga, la otra observando un pedazo de papel.

—Maggie, es solo una prueba.

—Estoy muerta... —Dijo nuevamente, ahora mirando hacia Mai. —No puedo reprobar esta materia, ni ninguna de las otras. Si repruebo me expulsarán y mi papá...

La mayor tenía una cara de desesperación que Marionette no comprendía.

—Creo que estás siendo un tanto dramática. No vaya a ser que te copies de Toddy.

La de cabello rosado rio con sus palabras. Tenía razón, estaba exagerando un tanto, sin embargo, tampoco sus palabras eran falsas. Su padre no permitiría que la expulsaran de otro colegio.

Marionette hizo una de sus caras, esa que Maggie conocía por ser de sus ideas alocadas.

—¿Qué tal...? —Hablaba la menor, guardando sus cosas y colocándose frente a su amiga. —¿...si ahora estudiamos juntas para los exámenes? Podrías venir a mi casa mañana y estudiamos para la prueba de historia el próximo lunes.

Su compañera tuvo que parar de ordenar sus cuadernos para procesar la información.

Aunque jamás lo admitiría, a Maggie le encantaban las comedias románticas. Incluso si eran bastantes clichés, de alguna manera terminaba sentada en el sillón de su sala de estar mirando alguna telenovela con sus palomitas caseras.

Todas esas películas y series le enseñaron que juntarse 'para estudiar', siempre (SIEMPRE) terminaba en una especie de cita romántica... o peor... (¿...o mejor?)

—¡También Puppet estaría con nosotras! Le va bastante bien en las materias que me cuestan. Creo que sacó el lado matemático de la familia.

Y la idea de la cita quedó en la basura.

—Podríamos también estudiar la próxima semana, ya que se vienen muchos exámenes. —Maggie no pudo evitar la plétora de emociones al saber que no sería una sola invitación, sino que varias oportunidades para acercarse a la chica, vergüenza inebitablemente mostrándose en su rostro. —Claro, si es que quieres venir...

Maggie terminó de ordenar sus cosas y se acercó hacia su compañera, que ahora se encontraba cerca de la puerta.

—Sería de mucha ayuda, ¿pero no te molesta que sea en tu casa?

—¡Por supuesto que no! —Respondió la menor, alegre.

Caminaron juntas hacia la salida y luego cada una se fue por su ruta, pensando en su próxima sesión de estudio.

Lo que Maggie no sabía era que, en efecto, Mai sí tenía segundas intenciones con ella.

Una Segunda Oportunidad (Fnafhs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora