❤ Valentía ❤

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—Mira, Bonnie... Yo... Sé que ha pasado mucho tiempo desde que hablamos...

—¿Sí?

—Y que... Bueno, pues que he cometido errores y...

—Ahá...

—Y me quería disculpar porque me comporté como un idiota y...

El silencio rodeaba a los dos jóvenes en la habitación.


—No, no puedo hacer esto. Simplemente no puedo tomarte en serio. —Suspiró Bon, acomodándose donde se encontraba sentado en la cama.

—Él va a ser el que no te tome en serio si le das tantas vueltas a solo dos palabras. —Respondió Maggie, mientras se sacaba la peluca morada que su compañero le había pasado para imitar a Bonnie. ¿De dónde la habrá sacado?


—Sinceramente, no haces muy bien de Bonnie, con tu tono de voz y eso.

—Ya, échame la culpa.

—Siento que... Cuando llegue el momento... No podré hacerlo.


Al ver la triste silueta del menor, Maggie colocó una mano sobre su hombro para darle ánimos.

—No es el fin del mundo, Bon. —Habló con un tono calmante. —Además, hasta yo me he disculpado con él. Contigo, con su 'maestro'... estoy seguro que no dudará en hacerlo.

—Eso espero.


La mayor se levantó para ir a buscar su celular, ya que el sonido que emitía le indicaba que acababa de llegarle un mensaje nuevo.

No pudo evitar que se escapara una pequeña sonrisa al ver de quién era.

Y Bon no tuvo que ver quién le había mandado algo, la alegría de la chica la delataba.


—¿Marionette?

—¡Mira! Me ha mandado una foto de la iglesia que están visitando de nuevo. Al parecer Puppet no se cansa de visitar la ciudad. Toda la semana me ha mandado fotos de toda Marsella. Qué suerte que pueda viajar tan a menudo...


Bon aprovechó que se encontraba un tanto distraída para robarle el móvil y revisar la conversación anterior.

—¡Hey! ¡Devuélvemelo!

—No puedo creer que conversen hasta de estas cosas y no le puedas decir que te gusta.

—¡Pásame mi celular, chismoso de-!


Luego de una Maggie desesperada (que contenía toda su fuerza ya que sabía de lo que era capaz) y un Bon que no podía parar de reírse con lo que leía, finalmente la paz llegó a la habitación.

La mayor le respondió a Mai y dejó su celular donde estaba.


—Eres lo peor... Es por esto que Bonnie no te va a perdonar.

Los dos se recostaron en la cama del menor, observando las desgastadas estrellas luminosas que tenía pegadas en el techo desde pequeño.


—Y entonces... ¿Cómo andan las cosas?

—Pues, viendo que yo sí estoy hablando con Bonnie, mejor que tú.

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⏰ Última actualización: Apr 25, 2022 ⏰

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