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Desde que lo vio entrar por esa puerta, supo que debió lanzarse sobr él y sacar una buena propina. No tenía buenas ropas como los alfas desagradables que llegaban con fajos de billetes, siendo fanfarrónes y egolatras. Pero si era bastante atractivo, no le desgradaba la idea de que por una vez pasara la noche con alguien así de exitante.

Asi que no dejo que ninguno y ninguna de sus compañeras se acercaran. Y fue el primero en bailar para él y atenderlo con un par de tragos. No llego a estar muy ebrio como quería, pero pudo tener una buena conversación seductora con este. Sin importarle en lo más mínimo que atravesará su mano por debajo de su ropa interior.

No pasó mucho cuando tomó su mano y lo guió a una de las habitaciones. Avisando a Domin sobre ello, este solo asintió dándole una pesada mirada, siempre era si. El alfa le siguió sintiendo sus feromonas rodearle, era señal de marca de territorio. Nuevamente no le importo, le gustaba el cliente.

Este le sacó sus prendas reveladoras con cierta fuerza que le hizo estremecer. No luego de que le tiro sobre el colchón y se trepó encima de él para ahora poder tomar el mando. Beso su boca y este le respondió dándose un giro y quedando bajo de su pesado cuerpo, se notaba que no era paciente. Así que no objeto nada y dejó que abriera sus piernas para que conociera la parte baja de su intimidad, abrió su entrada con su lengua y la chupaba con fuerza.

No se evitó gemir, le encantó el detalle de que le hiciera sentir placer también. No todos los alfas con los que estuvo se dignaban a satisfacerlo, a él y a nadie de los omega de la casa. Siempre llegaban con ganas de satisfacerse ellos mismos, y solían ser rudos. No todo eran así, pero la mayoría de la clientela era así. Unos eran dulces, otros agresivos y groseros.

Pero sin duda el cielo le mando a este caballero.

El alfa luego de que terminara de correrse la primera vez, le hizo ponerse con su pecho sobre la cama. Sintiendo como se ponía arriba de él y volvía alinear su miembro en su anillo y enterrarse. Soltó un chillido y con su mano busco el rostro del alfa, que con sentir su mandíbula la acercó hasta su rostro y jadear en tanto le veía a los ojos.

Sus ojos se oprimieron cuando comenzó las embestidas, siendo certeras y precisas. Este jadeaba en su cuello de pronto, sintiendo su respiración ardiente en su piel. Sus gemidos rogando se escucharon por la habitación. Era la única cosa que le comenzó a gustar de todo ello, al menos con los clientes encantadores como él.

[...]

Im Jaebeom era su nombre. Un nombre respetable y acorde a él creía. Este le tomó de sus manos y trató de tranquilizarlo para realizar el rescate que harían dentro de unos minutos. Le hizo respirar y verle a los ojos. — Quiero que me escuche joven Park.

Solo al enterarse que el era el hijo de los Park, se había olvidado que le atendió sexualmente como omega de casa de placer y comenzó a llamarlo joven Park, cuando ni siquiera él se veía tan maduro. No dijo nada en el momento, pero si lograban huir le preguntaría que no utilizará ese tipo de honorífico con él, era extraño.

— Cuando me deshaga del encargado, saldré de aquí y haré una distracción en allá bajo al menos lo suficiente para que pueda esperarlo en esta ventana de aquí. — dijo confiado poniendose unos guantes de cuero que cubrían sus nudillos. Este se coloco sus armas en sus pistoleras y una navaja que fue tendida en sus manos, bastante grande.

Corset Rose : JJPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora