Capítulo 3

182 8 0
                                    

Ella volvió

_


Lilith.

Quiero jugar.

No.

No seas una perra egoísta, dejame entrar también.

Joder no, sólo lo complicarias todo.

Juntas estamos completas, tu eres mi mitad y yo la tuya.

Lose, solo tengo miedo.

Dejame salir, juguemos, de verdad quiero hacerlo.

Joder, puede que esté obrando mal en dejarla salir, pero la necesito, ella es tan demente abierta que me permitirá disfrutar.

Esta fue tu mejor elección.

Solo quiero creer eso.

Gracias amore.

Los apartó, y mi sonrisa se ensancha, que comienze el juego.

Si tengo a tres adonis aquí, los disfrutaré como se debe.

Ellos me miran como si de un tesoro se tratase,no quiero eso.

Donde quedaron las miradas candentes de hace un rato?

No quiero miradas de amor,quiero que me cojan y me dejen coja.

-Rubio-este me mira, mejor dicho mira mis tetas, eso bebé quiero eso, deseame-camina hacia mi.

El dios griego duda pero obedece, al tenerlo serca lo tumbo ala cama y por la poca fuerza que tengo este cae sentado, viendo su cuerpo bien trabajado puedo ver que trae puesto unos vaqueros negros y una simple camisa blanca, botas negras,dejó de repararlo ya que lo único que me importa es quitarle eso vaqueros.

Son un maldito obstáculo para chuparle el gran amigo que se marca por encima de su ropa.

Así que me arrodilló, y con mis pequeñas manos voy recorriendo sus piernas, al llegar a sus muslos lo primero que hago es apretarlos con ambas manos.

veo con suelta un rico y sexy gruñido.

-No juegues con fuego nena-si tan solo supieras que no temo a quemarme.

-O si no que-lo retó y apretó su polla ya dura lo cual nota ya por en sima de sus pantalones.

Gime.

Bajo su cierre y para mi sorpresa el sexy man no lleva ropa interior.

mi mirada viaja a las dos copias que faltan, y si los dioses griegos se están tocando la verga con una suavidad que me encanta.

Que ricas vistas.

Mi entrepierna pide atención, estoy tan mojada que siento como mis piernas  entan siendo mojadas por mis fluidos. 

Bajo a ver mi humedad, con una de mis manos masajeo mi coño a la vista de los tres, todos gimen.

-el pecado hecho mujer-dice uno con voz ronca, pero sin dejar de masturbarse.

Por qué lo tienen tan grande, tengo miedo a sufrir un desgarre vaginal, gracias al tamañito que estos se traen.

Dejó de ver mi humedad, brinco de la impresión.

Estrategia +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora