"Dear life, fuck you" ₎₎ SeongJoong.

M𝗲𝗺𖹭r𝗶𝗲𝘀 and N𖹭𝘁𝗲 25

Seonghwa estaba desesperado. No queria que Hongjoong se arrebatara la vida.
Quería pedirle disculpas y ayudarlo a salir adelante.

¿Pero cómo haría haría eso?

— cuatro años atrás.

Hongjoong se aferró con todas sus fuerzas a los brazos de Seonghwa, siendo correspondido. Eso lo hacía sentir felicidad y calma. Pero había un gran problema: Seonghwan confundía a su joven corazón.

¿Por qué en momentos a solas como este, lo trataba de la mejor manera posible y estando con sus amigos, era totalmente diferente?

Y en el mismo lugar, notó que aunque hubiera mucho cariño entre ambos, Seonghwa no sentía lo mismo que él. Sus miradas no reflejaban los mismos sentimientos.

Hongjoong lo miraba con amor, y Seonghwa... él solo quería dejar de mirarlo.

— presente.

Ya había pasado un día de la despedida de Hongjoong, quería dejar de estar preocupado.
Deseaba con todas sus fuerzas que se arrepintiera como la primera vez que se lo dijo, en la décima nota.

Tenía tanto miedo que por fin se dió cuenta de lo mucho que ese chico con cabello rojo significaba para él y de todo lo que le había hecho sentir.

Lo había hecho sentir que la vida no valía lo suficiente como para seguir teniéndola.

Quería volver en el tiempo y nunca haberlo molestado tanto, quería que milagrosamente el menor lo perdonara y pudiera seguir con su vida, aún si eso implicaba que el tuviera que alejarse completamente.

Pero sabía que eso no podía ser así.

Cuando regresó al primer lugar donde había buscado, el conocido árbol, encontró una nueva nota.

"Sólo escribo notas para sentirme bien y desahogarme... ¿Por qué las lees? ¿Por qué hiciste esto?

Demostraste no quererme. ¿Y ahora? ¿Qué ganas leyéndolas?

Quise odiarte, quise que creyeras que no te soporto, pero aún así... Te amo como siempre lo hice.

Gracias por tomarte el tiempo de leerme aún después de saber quien soy, y demostrar que aún había un poco de aprecio hacia mí.

— Kim Hongjoong."

La desesperación creció nuevamente en su interior.

Sintió calma al cuando le preguntó a dos alumnos que estaban por ahí si habían visto al pelirrojo y la respuesta fue positiva, indicándole hacia donde se había ido.

Corrió hacia el lugar y busco de esquina a esquina, fallando en su búsqueda.

— ¿Dónde estás, Hong? – preguntó al aire, perdiendo la poca esperanza que había acumulado.

Se sentó en el suelo y abrazó sus rodillas, tratando de aguantar las ganas de llorar que tenía.

Respiró profundo y se levantó, no dándose el derecho de rendirse.

Siguió buscando y de pronto recordó el lugar donde el menor le había confesado algo tan importante para ellos.

— tres años atrás.

— ¡Hwa! – lo llamó, tomando su mano — Necesito contarte algo, ¿puedes venir conmigo?

— Claro, bonito – respondió, sonriéndole de manera dulce — Vamos

Ambos fueron al jardín trasero de la escuela, detrás de uno de los salones, en dónde habían descubierto la forma de entrar en un tonto juego puesto por el menor. Era como su "lugar secreto".

— Voy a confesarte algo muy importante para mí... – se sinceró — Y estoy muy nervioso.

— ¿Qué puede ser tan importante para qué estés tan nervioso? – se burló un poco, tratando de calmarlo — Todo va a estar bien, bonito

Hongjoong suspiró. Confiaba en lo que el mayor le decía, pero sabía que si esto no salía como él esperaba, nada estaría bien.

— Seonghwa, tú me gustas – confesó después de unos segundos en silencio, que para él se sentían como una eternidad.

Esas cuatro palabras, bastaron para que Park sintiera la mayor felicidad que sería capaz de sentir en su vida.

Pero eso estaba muy mal...

Sus padres le habían enseñado muy bien que un hombre no podía gustarle, y sus amigos le habían dicho que no estaba bien, que era una estúpidez eso de las nuevas parejitas de hombre con hombre y mujer con mujer, que solo eran para experimentar.

Entonces, a Seonghwa no le podía gustar Hongjoong.

— ¿Te gusta Seonghwa? – preguntó una voz ajena a la de ellos dos — ¡¿Cómo pudo ser eso?! – hizo burla

— ¡No te burles, Min! – llamó otra voz — ¿Que no te das cuenta de la cosa más horrible que acabamos de escuchar?

— Min, Jisungie, yo... – trató de excusarse, siendo interrumpido por el mayor de ambos

— Ya quedó muy claro, Kim – respondió — Resultaste ser igual que todos esos raritos que siempre habíamos evitado. ¿No es eso asqueroso, Hwa?

Hongjoong esperaba con todas sus fuerzas que Seonghwa dijera que no, que estaban equivocados. No podía escuchar que le daba asco a su persona favorita. Pero como ya lo sabía, si no salía como lo esperaba, nada estaría bien.

Tenía miedo, pero su corazón confiaba plenamente en Seonghwa, creía que no podía lastimarlo. Porque él no era así ¿Cierto?

— Tienes razón, Minie – respondió, soltándose del agarre del menor en su mano y alejándose un poco, volvió a hablar — Me da tanto asco esto, Hongjoong... Espero que recapacites y dejes de pensar en esa idiotez si es que quieres volver a estar cerca nosotros.

— Vámonos, dejemos que piense – dijo el menor — Ya se le pasará esta tontería

Los tres chicos se fueron, dejando a Hongjoong con un dolor tan grande que no pudo describir.

Dejó salir las lágrimas, y dejó que su corazón dejara crecer el rencor. A partir de ahí, Hongjoong amaba a Seonghwa, pero también intentaba, fallidamente, odiarlo.

— presente.

Corrió hasta llegar al jardín trasero, buscando con la mirada, aquella entrada a la parte trasera de aquel salón. Cuando esta entró en su campo de vista, volvió a correr a ella.
Entró con un poco de dificultad, tenía más de dos años que no entraba ahí.

Y ahí estaba Hongjoong.

— ¡Hongjoongie, detén esto, por favor! – lo abrazó — ¡Perdón, sé que te hice muy mal!

Hongjoong quedó paralizado en su lugar.

Era la primera vez que veía a Seonghwa así, tan desesperado, lleno de dolor y con lágrimas en los ojos, tan frágil.

Por un momento, sintió ganas de abrazarlo y decirle que estaba bien, que lo perdonaba. Porque tristemente, aún había un poco de esperanza dentro de él.

Aún creía que todavía existía esa oportunidad de que alguien lo sacará de ese pozo sin fondo.

Y tal vez, Seonghwa era ese alguien...