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Así que cuando te vio en el festival de L'Manburg, charlando con Fundy junto a un puesto de herrería, quiso impresionarte de inmediato.
Te había visto merodeando por L'Manburg las pocas veces que te había visitado, sin saber nunca realmente cómo acercarte a ti. Pero cuando vio la empuñadura bellamente tallada de la espada de diamantes en tus manos, supo exactamente cómo impresionarte.
Se acercó casualmente, esperando que Fundy lo saludara antes de intercambiar una sonrisa cortés. Se volvió hacia ti, mirando la espada una vez más.
"Esa es una pieza rara", mintió Sapnap directamente entre dientes, "La cresta en la parte inferior data de hace miles de años, ¿lo sabías?"
Estabas divertido, mirando al hombre con una sonrisa, "¿En serio? ¿Y la esmeralda?''
"Oh, eso es de los primeros herreros del reino", continuó Sapnap, "Es una pieza bastante buena; tienes buen gusto.''
"¿En realidad?" sonreíste, Fundy apenas contuvo su risa a tu lado, "Porque para mí, esta 'esmeralda' no es más que una pieza de vidriera utilizada como marcador de posición para exhibir artículos".
"Oh, yo-"
"¿Y esa cresta que mencionaste? Ese es mi escudo", continuaste, girando la espada entre tus manos, "Le estaba mostrando a Fundy mi prototipo más nuevo; ¿Qué te parece, Fundy?''
"Es... Genial, realmente genial", logró decir Fundy, tratando de contener la risa.
Te volviste hacia Sapnap, mirándolo de manera apreciativa, "Por lo general, no me gustan los hombres sabelotodo que creen que saben más sobre lo que paga por mi comida que yo. Pero... eres lindo."
Balanceaste la espada de nuevo sobre la mesa, fallando deliberadamente por poco la manga de Sapnap. Te diste la vuelta con un trozo de papel, una dirección garabateada en él.
"Si realmente quieres aprender sobre estas cosas", sonreíste, "Ven a visitarme".
Dream y George nunca lo dejaron vivir su primer encuentro.
