La elección

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Ánima abrió los ojos, el día había comenzado. Se levantó de su camastro hecho con troncos, hojas de enormes árboles y telas gruesas fabricadas con las fibras vegetales de plantas que rodeaban su poblado y mullidas almohadas hechas con lana de los animales de su padre. Se aproximó a la ventana, tiró de una cuerda que accionaba un simple mecanismo para correr la persiana y entraron por ella tres tipos de luces diferentes, emitidas cada una por cada uno de los soles, cada una con su intensidad precisa para esa hora. 

-Buenos días- se dijo Ánima a si misma mirando a través de su ventana. Por ella se podía ver un prado de hierbas moradas, con pequeñas agrupaciones de árboles bajos de hoja ancha y grueso tronco del cual emanaban tres frutos diferentes según la estación del año. Un corral, de donde vio salir a su padre con su rebaño, un molino más antiguo que su propia casa, un pozo que consiguieron arreglar su familia y ella hace ya tres puestas solares y a lo lejos una gran ciudad, rodeado por una muralla la cual dicen que no necesita ser defendida por guerreros. 

Ánima dio un salto, se echó agua en la cara y bajó las escaleras para llegar al salón. El fuego estaba encendido, sobre él había una cazuela sostenida sobre unos hierros la cual burbujeaba leche hirviendo. 

<<Pobre papá, con los animales se le ha olvidado quitar la leche del fuego, que remedio, la quito y me espero un poco a que enfríe>>- pensó mientras cogía un guante para quitar la cazuela del fuego. Luego de desayunar volvió a su habitación para ponerse la ropa de día, equiparse y comenzar su labor.

 La especie de Ánima se caracteriza por tener un pelaje corto y suave, de diferentes tonalidades dentro de la gama del color gris, unas orejas largas las cuales cambiarán a su antojo, unos ojos grandes invadidos por una gran pupila negra que se adaptaba según la luz. Su hocico no era muy largo, con cortos pero afilados colmillos y dientes diseñados para una alimentación omnivora. Andaban sobre dos patas ayudados por una poderosa cola, pero eran excelentes trepadores y una especie muy ágil, rápida y fuerte. Tenían una jerarquía social basada en la meritocracia de familia y eran gobernados por quien ostentase la Corona de Tres Luces, una reliquia de cientos de años de la cual emanaba una luz de conocimiento y poder que justificaba la capacidad del gobernante. En la escala social, según en que puesto meritocrático estuviera tu familia, podria acceder a una labor u otra. Una vez al mes, se recomiendan unos escritos que cada familia deberá rellenar y justificar si quieren mostrar una prueba la cual les permita elevar su estatus familiar. Las familias no están obligadas a presentarse, pero muchas de ellas trabajan duro para poder llegar a las pruebas al final de cada tres años.

Ánima estaba decidida a subir el estatus de casa, por lo que desde muy joven especializada entró en una escuela en la educación de guerreros, unos cuya excepcionalidad les abrió múltiples puertas. Aún era joven y seguía en la escuela, encontrándose en el penúltimo curso. A estas alturas ya era un estudiante reconocido en su poblado. Era muy aplicada. Ayudaba a su padre con las labores del hogar y se preparaba para el arte de la guerra. A pesar de su educación y disciplina era una joven con una sonrisa tierna, llena de bondad, la cual, pensaba que luchar era necesario si con ello defiendes lo que amas.

Luego de prepararse, salió de su hogar, no sin antes acercarse a su padre, que trabajó con un joven animal que en un futuro le ayudaría con sus labores.

-Hola padre, buenos días, te has dejado la leche en el fuego pero no te preocupes, ya la he quitado yo- exclamó mientras se acercaba a él para dale un beso en la mejilla.

-Buenos días hija. Ya sabes, los años no perdonan y todo se hace cuesta arriba. Menos mal que te tengo a ti- respondió el padre

-Y aquí estaré siempre- respondió Ánima, fingiendo felicidad, ya que en el fondo sabía que una vez acabada su preparación podía ser destinada a un lugar lejos de casa. - Bueno padre, me tengo que marchar, te veré a la tarde- se despidió mientras marchaba hacía su mejor amigo.

Los Tres SolesWhere stories live. Discover now