La búsqueda de la verdad

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Famarosa, Telma y ambos militares caminaban por los jardines que decoraban el Palacio Real. Era agradable aquel lugar, el perfume de las plantas florales, el incesante sonido del agua corriente desplazándose por los pequeños carriles interconectados, que habían sido construidos en las losetas del suelo para reconducir el agua por todo el jardín, el canto de los pequeños animales que habían elegido aquel lugar como su morada, las vistas a la muralla...

-Tenemos sospechas de que está ocurriendo algo que podría poner en peligro la seguridad de todos. Una de nuestros estudiantes ha presenciado algo fuera de lo común, que creemos que está relacionada con la reciente actividad anormal que está ocurriendo en las proximidades de la muralla.- Comenzó a contextualizar la directora.- Hemos venido a la capital en busca de respuestas.

-Nuestra majestad el rey nos ha dado la orden de rearmar la guardia de la ciudad, luego de tanto tiempo. También ha mandado que exploremos las zonas donde se han producido los acontecimientos, en busca de información que nos permita detener esto.- Informó el veterano general.

-La estudiante de la que hemos hablado ha sufrido uno de esos altercados, luego de una extraña situación con una piedra espacial. Queríamos acercarnos al lugar donde ocurrió nada mas acabar en la capital.- Comentó la joven profesora.-- Quizás encontremos algo.

Los engranajes del plan comenzaron a moverse, debían averiguar como frenar este mal que se avecinaba. Una vez intercambiaron información, el general se despidió y marchó veloz  a preparar a la guarnición que exploraría los lugares atacados. Mientras tanto el comandante, la directora y la profesora abandonaron el lugar, llegando así a entrometerse por las callejas de la ciudad amurallada.

-Señora directora ¿Tiene alguna hipótesis sobre lo que está pasando?- Preguntó el joven comandante.- Yo sospecho que algún evento natural está alterando el carácter de las bestias del interior de los bosques. El rey ha insistido en rearmar a  la guardia, pero si  esta muralla tiene la capacidad de defenderse sola, no entiendo por qué nos manda a defenderla.

-No, no tengo hipótesis alguna sobre lo que está ocurriendo, de momento. Lo que sí puedo decirle, comandante, es que dudo que esto trate únicamente de un efecto natural, y por lo que se ve, nuestra majestad tampoco lo cree.- terminó por contestar Famarosa.

Bajaban por una de las calles, cuando vieron en una pequeña plaza, a un tumulto de ciudadanos agrupados en torno a alguien que vociferaba subido a una piedra de la fuente de la plaza.

- ¡Recordad, amigos, recordad! Los Tres Soles ya han dictaminado nuestra sentencia, solo queda esperar para averiguar si merecemos la vida, o si merecemos la muerte. Regocijaos, pues está a punto de comenzar una nueva era...

Los tres se quedaron a escuchar desde la distancia. Telma preguntó que de quien se trataba. Aquel que vociferaba, vestía con una túnica de colores apagados, sostenía sobre su mano un bastón, del cual en la parte superior se podía observar una figura. Esta figura se trataba de un óvalo con tres cícrulos repartidos a lo largo de su diámetro, representando los tres soles. 

-Se trata de un religioso, un sirviente al servicio del Templo de Luz- aclaró el comandante, que ya le había escuchado de pasada más de una vez al recorrer la ciudad con su compañía de guardias. 

-Pienso que deberíamos hablar con él, podríamos encontrar algo útil.
Famarosa y el comandante se pararon bruscamente y miraron hacia atrás. Era la primera vez que Telma decía más de 3 palabras seguidas durante su encuentro.

-Es solamente un hablador. Es muy probable que esto solo sea una perdida de tiempo- negó el comandante.
-No estoy de acuerdo- acortó tajante la directora.- Nuestra joven profesora igual tiene razón.

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⏰ Last updated: Mar 06, 2023 ⏰

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Los Tres SolesWhere stories live. Discover now